Sirius Black

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La única que miraba al océano era Marlene, los demás no podían escuchar lo que pasaba. Hace tiempo que James se había alejado lo más que pudo de la orilla, ahora le hacía compañía a Regulus que al igual que él le tenía miedo a lo que las olas pudieran traer. Mientras que Dorcas platicaba con Lily y luego ella les llevaba pastel a los otros dos , finalmente se recostaba junto a su esposo a ver el supuesto atardecer.

- James, Regulus creo que quieren ver esto - Ambos se negaron a levantarse de sus lugares - Es Sirius, tal vez no tarda en llegar -

El de anteojos corrió tan rápido y con tal torpeza que terminó cayendo en la arena, levantado de inmediato, mientras que el menor solo se quedó inmóvil en su lugar, cuando Lily se dio cuenta que estaba pasando fue a su lado. 

James y Marlene miraban atentos el mar, siguiéndole los pasos de su amigo, Dorcas eventualmente se unió, ella gritaba hechizos que podrían ayudar a Sirius aún que  no funcionarán.

Dorcas disolvió la imagen con una patada en cuanto vio que Sirius había caído, los demás comenzaron a buscar por todos lados para ver si el nuevo difunto aparecía.

Hace años que no se sentía tan presente, tan útil en lo que hacía, aún que lo que estuviera haciendo fuera un batalla en medio del ministerio mágico

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Hace años que no se sentía tan presente, tan útil en lo que hacía, aún que lo que estuviera haciendo fuera un batalla en medio del ministerio mágico. La adrenalina que incrustada en las velas le hacían creer que un había un futuro para él, dónde recuperaría casi todo lo que había perdido.

- Buen tiro Canuto

- Gracias Prongs -  Miró a su amigo y luego regresó la vista a una pelea que ya no existía para él, solo se encontró con el amplio mar, abrió los ojos sorprendido, que el mar estuviera en calma lo dejaba intranquilo, volteó a ver su alrededor, Dorcas esperaba a que dijera algo y Marlene se tapaba la boca sorprendida, como en los viejos tiempos, pero si miraba un poco más allá vería a Regulus escondiendo su cabeza entre sus rodillas y a Lily saludándolo con una mueca triste - Yo no lo hice, yo no los entregué, fue la rata - Comenzó a reír desenfrenadamente, como lo había hecho cuando los aurores lo encontraron en la casa de los Potter - Fue la rata, es maldita rata - Gritó - declarando su inocencia una vez más, cayendo de rodillas suplicando que sus amigos le creyeran. 

Escuchó los pasos apresurados de todos, su vista estaba nublada por las lágrimas y en el momento que todos lo abrazaron la claridad llegó para él, aún tenía una familia esperándolo.

- Lo sabemos Sirius, conocemos la verdad, no hay nada que temer - Dijo Marlene cuándo todos rompieron el abrazo, alejó el cabello de su cara, para luego besarlo en la mejilla - Te extrañe mucho Sirius.

- Yo también los extrañe -

- Ahora es hora de que tú sepas la verdad -

Se levantó junto con los demás,le señalaron al joven que aún intentaba esconderse, Lily lo había dejado en cuánto todos abrazaron a Sirius, no quería dejar solo a Regulus, pero resistirse abrazar a el azabache era imposible.

En un principio quiso gritarle a su hermano, no sabía si podía considerarse traicionado cuando él fue quién lo abandonó en hogar donde sabía que nunca sería remotamente feliz.

Se paró frente a Regulus, él había levantado la cabeza de su escondite pero no lo veía a los ojos. No sabía qué hacer o decirle, intentaba hablar pero las palabras no le salían, solo las lágrimas que  caían sin cesar, gracias a las estrellas que Regulus decidió dar el primer paso cuándo abrazo a Sirius.

Después de tanto tiempo hablaron como debieron hacerlo en vida y no pudieron. Si pelearon por algunas cosas, pero fueron insignificantes ante el reencuentro.

Durante la esperaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora