Remus Lupin

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La batalla que se estaba librando en Hogwarts los tenía a todos al borde de su asiento. Las olas arrastraban diferentes escenarios, cambiaban tan rápido que era imposible llevarles el hilo, Regulus intentaba acomodar los hechos pero cuando las olas trajeron la persecución de Remus, dejó de concentrarse en lo demás y se enfocó en él. Nadie más lo había notado, al parecer, Sirius estaba intentando consolar a James y Lily, no sabía si era buen momento para hablar del estado de Remus

–Sirius – Llamó Regulus con delicadeza pero no fue escuchado – Sirius creo que debes ver esto

Sirius no lo volvió a escuchar, estaba del otro lado de la bolita que se había hecho, entre los gritos de los presentes y de los de la batalla era difícil escuchar los murmullos.

Iba a llamarle de nuevo pero un estruendo se escuchó, todos se quedaron callados, sabía que el ruido no vino de la batallas, si no que algo había sucedido detrás de ellos.

Alguien había llegado, no fue sorpresa quien.

Le dieron pausa a la batalla y corrieron hasta el cuerpo que había caído en la manta de picnic, sobre las tazas y platos, que bien que estaba muerto o eso hubiera sido muy doloroso.

Todos se reunieron alrededor del cuerpo, Sirius intentaba desesperadamente despertarlo, Lily le ordenaba a Remus que se levantará porque en los viejos tiempos eso servía.

Regulus tenía sujeto Sirius para que le diera espacio a Remus, llevaban un buen rato intentando despertarlo, nadie se había tardado tanto en hacerlo.

En ocasiones James quería decir algo como “´Parece muerto” Pero así era y la comparación ya no era tan efectiva.

–Sirius deja de joder, quiero dormir –
Fue lo que respondió Remus después de que Sirius le diera una cachetada para despertarlo, después de eso volvió a quedarse dormido

–Maldito Lunático, ni muerto puede quitarse la maña de dormir tanto

Regulus se quedó consolando a los presentes, la única que se mantenía estoica era Marlene que aún veía la orilla del agua, el único rastro de tristeza desde hace mucho eran sus ojos, asombrados por cuán rápido cayeron sus amigos y como muchos otros morían en el lugar que consideró su hogar alguna vez.

–No, no otra vez – Murmuró angustiada Dorcas.

Lily, James, Sirius y Remus se desvanecieron como las figuras que hacían en la arena cuando llegaban las olas, Marlene los tranquilizó al decirles dónde estaban, se acercaron a ver el agua donde se observaba a sus amigos hablar con Harry.

No tardaron en regresar, el tiempo fue un regalo, en especial para James y Lily

Remus regresó despierto y pidiendo disculpas por mil cosas que realmente no eran su culpa, la angustia no dejo de creer, ya que la batalla continuaba pero faltaba poco para que la tristeza se volviera alivio.

Durante la esperaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora