James Potter

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James Potter

La noche no había empezado bien. La luces de tormenta debieron ser suficientes para advertirle que todo estaba por acabar, al menos para el. La radio se comenzaba a distorsionar y la música había dejado de alegarle hace mucho.

Lucho, jura que lucho, hasta el último aliento.

En el momento que escucho la puerta abrirse corrió, a penas y tomo su varita, no se despidió, creyendo que tendría la oportunidad de volver a subir las escaleras y encontrar a su familia a salvo.

A penas y puso aferrarse a su varita, en cuándo la perdió corrió hacía la escaleras, tomo lo primero que vio para impedir que el señor oscuro pasará por ahí. Jura que hizo todo lo posible, incluso peleó con el mayor mago oscuro sin varita para defender a su familia.

No fue suficiente, murió al pie se las escaleras y no se fue en paz ¿Quién lo haría sabiendo que había fallado?

Lo inevitable paso, cerró los ojos, cayó y no se volvería a levantar.

Escuchó como alguien tarareaba la canción que había estado sonando el radio antes y durante el ataque, tan tranquilamente que sonaba nostálgico.  Era imposible que estuviera escuchando algo, era obvio que había muerto, nadie sobrevivie a un Avada Kedavra, al menos no el.

Podía sentir la brisa del mar, hace años que no iba al mar, pero la sensación nunca desaparecería, la recordaba como si hubiera estado ahí el día anterior.

- ¿Sabrá que está muerto? -

Pregunto una voz familiar, que le comprobaba que está a muerto. Abrió los de inmediato, no se encontró con la mujer de la voz, pero si con Regulus Black, lo miraba directo a los ojos

- Bienvenido al infierno Potter -

Pegó un gritó antes de levantarse, fue una mala una mala idea, se dio contra la cabeza del menor de los Black, haciendo que regresará a acostarse.  No sabía con exactitud si el golpe le había dolido, aún así se sobo fingiendo que sentía algo.

- No estamos en el infierno - Habló otra mujer - Lo vas a confundir Regulus

- Marlene, Dorcas - Murmuro con lágrimas en los ojos, el dolor físico podría ser dudoso pero el emocional estaba presente y pesaba más que una maldición asesina - Perdón, perdón - Se intento levantar y cayó en Intento una vez más, estaba vez no se golpeó contra el frío suelo, los brazos de su amiga lo recibieron, la rubia le consolaba mientras le explicaba lo que lo había pasado.

No supo cuánto paso, ni en qué momento había dejado de llorar o se había levantado, solo veía la arena como si fuera lo más interesante del mundo.

- Se que lo intentaste - No miró a su acompañante, estaba más concentrado en qué sus súplicas fueran escuchadas, solo quedaba esperar que Lily y Harry hubieran escapado

- El no lo sabe -

- Yo se lo dije, lo sentí, juro que yo- Su voz se cortó, los llantos no dejaban se salir. Sintió como alguien le tocaba, su tacto aún era cálido.

- El está a salvo -

Durante la esperaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora