Un sabor amargo permanecía en su boca,
sus labios dulces no correspondían a los
sentimientos de aquella loca.
Mirando sigilosamente por la ventana,
un ave posada en el alféizar,
contemplaba a la dama.
De puntillas, bella y coronada,
de liso cabello rojizo y ojos que simulaban la plata.
Esbelta y refinada, la agradable muchacha.
Quedaba tan bien retratar su belleza,
inmortalizar su memoria con cada tonada.
Mientras la vieja sonata de fondo inundaba la sala.
Fijaros en mi deleite al contemplarla, me fascinaba.
Hasta podría llegar al punto de decir que la amaba.
Pero era solo un soldado y ella una refinada dama,
mi corazón en mil pedazos como un frágil espejo
después de tocar la alambrada.
Ella poseía el veneno que ni siquiera se notaba,
su amor fue un juego de mentiras y llamas.
Abrazada a mí como cada mañana,
ahora en mis labios su sabor descansa,
dulce y amarga.
ESTÁS LEYENDO
Poemas e Historias Cortas
Poetry"No he de dedicar mis palabras a alguien en específico, solo he de expresarlas libremente. Aquel que quiera leerlas es libre, solo no se esfuercen en comprenderlas".