Capítulo 2 - Preguntas

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Nerviosa; esa era la única manera en la que me sentía mientras subía las escaleras que me dirigían hacia el apartamento de Kim Jisoo

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Nerviosa; esa era la única manera en la que me sentía mientras subía las escaleras que me dirigían hacia el apartamento de Kim Jisoo. Y sí, iba a visitarla por primera vez por petición de ella misma. Casi tuve que sobornar a mi hermana para que me cubriera en mi salida, pues mis padres siendo probablemente los seres más sobreprotectores de todos apenas y me dejaban poner un pie afuera.

Habían pasado tan solo dos semanas desde que nos habíamos conocido en aquel evento de gamers. El tiempo conversando con ella se sentía simplemente increíble; ella era la definición de esa palabra para mí. Aunque el tiempo fuese tan corto, ya yo podía sentir una conexión especial con ella, algo que no había sentido con nadie más en mi vida. Y tal vez esto se debía a que nunca me di la oportunidad de conocer a nadie en ese contexto, pero creo que incluso si lo hubiese hecho, lo que Kim Jisoo me causaba lo superaría por mucho.

Ella era mayor que yo por un año, tenía 19 y vivía completamente sola en un pequeño edificio que ni siquiera tenía un elevador funcionando. Tenía un hermano mellizo del cual apenas había escuchado el nombre en el evento antes mencionado. A pesar de que conversamos mucho durante esos días sobre nuestras vidas, en ningún momento me dijo algo sobre sus padres, y aunque me generó curiosidad, preferí abstenerme de preguntar.

Lo que más me quedó claro luego de hablar tanto con ella, fue que los videojuegos eran, sin ser exagerada, lo más importante en su vida. Le dedicaba al menos más de ocho horas diarias a las pantallas y los controles. También supe que tenía cierta fama en las redes sociales gracias a su canal de stream y sus excelentes habilidades. Desde cierto punto de vista, me resultaba admirable su pasión y dedicación, pero a la vez me preguntaba si no existía algo más por allí que también se ganara un lugar especial en su vida.

O tal vez no precisamente algo, sino alguien.

Terminé de subir las escaleras llegando así al quinto piso en evidente estado exhausto. ¿De verdad Kim Jisoo subía esas escaleras a diario? Tal vez no, por eso apenas y salía de casa. «Totalmente comprensible», pensé intentando recuperar el aire. Me acerqué a la puerta, la cual tenía un pequeño letrero que decía: "Si no eres el chico que entrega la pizza o Rosé, entonces no estoy para ti". Seguido de esto había un pequeño dibujo mal hecho de un rostro enojado.

Comencé a reír sin dejar de leer aquello. Sin perder más tiempo, opté por tocar el timbre y esperar pacientemente. Con lentitud, la puerta se abrió y ahí estaba ella, sonriente y usando una camiseta que decía: "Game Over" en letras negras y robustas. Y aunque su vestimenta pudiera considerarla sencilla, la encontré aun más hermosa que el día que la conocí.

—¡Rosé! —saludó, dándome paso—. Por un pequeño instante pensé que sería alguien fastidiándome, luego recordé que vendrías y casi corrí.

—Hola —entré, sin dejar de sonreír.

—¡Bienvenida a mi pequeño, dulce y desordenado hogar! —extendió los brazos.

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