Las semanas pasaban sin que Helena se diera cuenta. Por primera vez estaba disfrutando mucho trabajando en algo que la apasionaba. Además de pasarlo bien, había logrado formar una gran comunidad de gente con las mismas inquietudes y pasiones. Se habían forjado unos lazos estrechos, en los cuales estaban juntos casi las 24 horas del día.
Durante la semana se dedicaba a trabajar en la producción del proyecto con Gabriel, y los fines de semana los empleaba de lleno en ensayar con sus actores.
Sin darse cuenta, se había acercado un poco más a uno de sus actores. Serge interpretaba a uno de los protagonistas, y estaba ayudando a Helena a terminar de escribir el final de la película y adaptar alguna escena. Se compenetraban muy bien y sin quererlo hablaban todo el día. Hablaban de sus vidas, de música, de la película, de todo en general. Helena, sin quererlo, empezaba a sentir algo por su protagonista. Aunque se había prometido a si misma que no iba a mezclar trabajo con temas personales, a veces las energías fluyen de manera tan intensa que es imposible no dejarse llevar.
Serge estaba encantado con Helena y también se dejaba llevar. Le gustaba sentirse el centro de atención de la directora y se aprovechaba de ello para favorecer a su personaje.
Serge era un tipo con mucho carácter, aunque aparentemente parecía una persona muy tranquila. Lucía una larga melena de color negro azabache, tenía unas manos muy bonitas en las que Helena se había fijado ya el primer día. Las manos eran su parte fetiche del cuerpo de un hombre. A veces, mientras hablaban, Serge gesticulaba con sus manos y Helena se quedaba embelesada mirándole. Y alguna vez sus pensamientos se desviaban y se imaginaba aquellas manos acariciando su cuerpo pero, cuando se daba cuenta, sacudía la cabeza pensando en sus adentros que no era para nada una buena idea.
Los demás actores se habían dado cuenta de que entre ellos había un nexo distinto que con los demás. Pero no parecía importarles mucho, ya que todo iba a las mil maravillas.
Habían conseguido ya casi a toda la parte técnica: luces, cámara, maquillaje y vestuario, arte... Todo seguía su curso y Helena se perdía un poco en los influjos de Serge.
Las noches de los fines de semana se habían convertido ya en una tradición, y después de los ensayos, Helena se los llevaba a todos a su casa a cenar y de allí se dirigían al Dark Club. Escuchaban música, bailaban y se dejaban seducir por aquel lugar que parecía tener algo de magia. El sitio era muy elegante y todo estaba cuidado al detalle. Sus muros de piedra, los bancos de madera como si de un castillo medieval se tratara, las paredes adornadas con estatuas de piedra, telarañas y otros adornos oscuros. Y por supuesto la gran pista de baile donde se hacían realidad los deseos de todos aquellos que danzaban por las noches. Helena se había enamorado de aquel lugar y tenía en mente que quería grabar alguna cosa allí.
Esa noche se celebraba en el Dark Club la noche de los vampiros. Era una fiesta que se hacía una vez al año y que reunía a todos los siniestros y góticos de la ciudad. Ni que decir cabe, que todos lucirían sus mejores galas para tan grande ocasión.
Habían decidido que iban a ir todos juntos a la fiesta. Helena estaba nerviosísima, ya que no podía dejar de pensar en Serge y en que tal vez esa noche podría surgir algo entre copa y copa de absenta. Aunque, sin darse cuenta, había entrado en ese juego un tercero en discordia. Alguien más joven que Helena, con mucho magnetismo y que también la fascinó desde el primer día.
James con sus fabulosos ojos azules había entrado de pleno en la vida de Helena. Se habían hecho amigos. Habían pasado horas juntos compartiendo vino y poesía, hasta hubo una tarde en la que los tres se la pasaron hablando de intimidades varias y vaciando unas cuantas botellas de tinto en copas de cristal añejo. Pero Helena solo tenía ojos para Serge en esos momentos.
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LA HISTORIA DE HELENA
General FictionHelena trabaja en una discográfica. Adora su trabajo, pero la monotonía la lleva a explorar nuevos caminos en su vida. Noches cargadas de alcohol, de música, de cine... nuevos amores y un sin fin de aventuras la estan esperando.