Capitulo 1

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Una mañana del Viernes 7 de enero del 2015, me levanto como de costumbre, con mucho sueño, aun me seguía preguntando porque me levantaba tan temprano si hoy no tenía clases, tomo mi viejo blackberry y me fijo en la hora, son las 8:25, es realmente temprano, pensé.

Me dirijo a la cocina y tomo una taza de café, el cielo estaba oscuro, creía que en el cualquier momento empezaría a llover, vuelvo a agarrar mi móvil y reviso el mensaje que me había llegado anoche, había una fiesta más tarde, debía ir, pues sería la gran fiesta de la primera semana del nuevo año, solo había un problema, un leve inconveniente en todo este acto, y le llamaba Mamá.

- Buenos días hijo, ¿A qué se debe cierta sorpresa?- me preguntó ella sorprendida -, ya estaba haciendo planes para el almuerzo dado que pensaba no despertarías temprano para desayunar.

- Me acosté temprano, y aquí estoy, aunque dudo que vuelva a pasar, me dolía mucho la cabeza... pero bueno, ¿como has dormido tu? - vacilé en cambiarle la conversación.

- Muy bien, agradecida de que no tengas nada que hacer en todo el dia para que me ayudes con la limpieza de la casa, ya me voy al trabajo - me dijo mi madre tomando su cartera y tomando las llaves del coche.

- Acerca de eso... - Inhale un poco de aire antes de decir las próximas palabras - en la noche hay una fiesta, y tengo que ir, en serio, pues he quedado con mis amigos, y no quiero fallarles, sé que estoy castigado, pero prometo llegar temprano- supliqué.

- Ni lo pienses, de ninguna manera, nos vemos mas tarde - dijo ella cambiando su humor y dirigiéndose al coche.

Joder, siempre lo mismo, volveré a pensarlo dos veces antes de hacer una tontería para que me vuelvan a castigar, pero de que iré, iré. No puedo faltar a esta fiesta

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Eran las 10 de la noche y mi madre dormía, tome las llaves junto a mi móvil y salí de la casa, hacía un frio que no era nada normal, pensé en regresar y tomar una chaqueta, pero eso significaría volver a quitarme los zapatos para evitar hacer ruido y realmente no quería que me descubrieran. Iba caminando entre casas, entre oscuridad y oscuridad, y me detuve en una sigilosamente,

Había un sujeto y estaba agresivo, pareciera que se estuviese golpeando todo a su paso, entró graznando a la que suponía que era su casa, aún cuando ya no se encontraba a la vista, lo oía, se podía oír como golpeaba todo aquello que se encontrase en su camino. Mierda, pensé. Sentí miedo, rayos, solo soy un chico de 16 años intentado escaparse un viernes de su casa, si en si eso no me hacia valiente, no sé qué más podía ser, se asomó por la ventana de la sala y dirigió su mirada hacia mi, en sus ojos abundaba el odio. Sentí el miedo invadirme y podría asegurar que el color se había drenado de mi rostro, presentí que si me quedase más tiempo en ese sitio mis piernas también dejarían de servir, por lo cual empecé a correr, luego de recorrer más de la mitad de camino restante para llegar a la fiesta, volteé hacia atrás y cuando no distinguí nada entre las sombras, suspiré y solté el aire que inconscientemente estuve reteniendo.

Caminé el resto del camino entre casas lujosas, todas muy grandes en todos los sentidos, grandes terrenos, grandes puertas, grandes piscinas, grandes salas, cuartos, baños y unos malditamente grandes perros. Cuando vislumbré la humilde casa del chico más popular del colegio mis amigos ya se encontraban dentro.

- ¡Jorge! - me grito Luis Carlos sorprendido de verme.

-Amigo, creí que no vendrías - añadió Jan Carlos.

Ahí estaban ambos, Luis Carlos embadurnado en una de sus tantas camisetas RVCA, jeans y unas oklesh azules, junto a Jan Carlos con sus usuales pantalones de camuflaje nocturno, camiseta polo y zapatillas nike, eran un dúo inseparable y bastante complementado.

Lluvia RojaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora