CAPÍTULO 2

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Me desperté por los rayos de sol que entraban por la ventana, me sorprendí al darme cuenta de que hoy había dormido del tirón y había dormido bien, vale, esto definitivamente no es algo que pase todos los días. Me fui levantando de la cama sin prisa pensando que era bastante pronto y que por ende llegaría puntual a clase pero soy la cosa más gafe que ha pisado este planeta así que miré el móvil para verificar que era pronto y...   

-JODER!!!! Mierda, mierda, mierda.-Tenia como treinta llamadas perdidas de las chicas y como unos veinte mensajes de cada una, y no me extraña pues eran LAS 10:30 DE LA MAÑANA, hace más de dos horas que debería de estar en clase. Me cambie lo más rápido que pude y salí corriendo de casa, no sin antes coger la mochila y demás. Cuando ya estaba en la calle empecé a correr cual cabra loca hasta llegar al instituto, entré y subí las escaleras, llegué al aula y esperé un poco a que se me calmara la respiración ya que parecía un maldito bulldog, cuando ya me calmé toqué la puerta, le pedí perdón al profesor por llegar tarde y al final me dejó entrar. En cuanto tuve una visión entera de toda la clase digamos que entre en un estado de bloqueo mental, al lado de mi sitio había un chico guapísimo, pelo castaño con unos ojos verdes que te quitan el aliento, bueno y ya ni hablemos de los labios que tenia, joder Diana que coño te pasa?? mejor ve a sentarte y piensa en que les dirás a tus amigas. Dándole la razón a mi subconsciente me fui a sentar, la clase se pasó rápido ya que había llegado diez minutos antes de que acabase y  por ende empezaba ahora el descanso, salí con tranquilidad del aula hasta encontrarme donde siempre con mis amigas las cuales al verme se levantaron y vinieron a atacarme, literal.

R: Pero tu eres idiota o que te pasa??

S: Joder Diana nos tenías muy preocupadas, yo ya pensaba que te había pasado algo, no te ha pasado nada, no?

A: Puedes por favor subirle el volumen al puto teléfono?!?! Que manía con tenerlo en silencio.

D: Chicas tranquilas, Rachel no soy idiota pero no dudes en que a veces me comporte como tal, Sofia no me ha pasado nada solo me quede dormida y Ana, nunca me acordare de subirle el volumen al teléfono porque el tenerlo en silencio forma parte de mi ser.

A: Esta bien, ahora ven a sentarte y come algo, seguro que no desayunaste nada.

D: Cierto y me muero de hambre.

Una vez que estuvimos sentadas empezamos a hablar de cosas sin sentido, de hecho acabamos hablando de mezclas de comidas que teníamos que probar antes de morir.

D: COMO?!?! Nunca habéis probado las patatas fritas del McDonald's con el helado también del McDonald's?

S: Mmmmm nou.

D: Definitivamente no sois normales, no, corrección, no sois humanas...Chicas me estáis escuchando?

Les pegunte en cuanto empezaron a mirar detrás de mi con la boca abierta, un poco más y se les caía la baba, pase mi mano varias veces por delante de sus narices pero no reaccionaban así que no me quedo mas remedio que darme la vuelta y mirar lo mismo que estaban mirando ellas, bien, ahora entiendo porque están así, un grupo de chicos y chicas estaban a pocos metros de distancia, sentados en una mesa apartada ganándose la atención de la mayoría de nosotros. Me fije más en el grupo hasta que logre reconocer a uno de ellos, el chico de ojos verdes que había tenido en clase minutos antes, aparté rápido la vista de ellos antes de que pudiésemos chocar miradas ya que se había girado y ese miedo creció en mi interior, estaba sumida en mis pensamientos cuando la voz de Sofia me saca de mis pensamientos.

S: Chicas no se vosotras pero yo le daba.

Miré de nuevo a aquella mesa y pude ver a una chica morena, con pelo liso, largo y ojos azules, ahora entiendo a que se refería Sofia.

R: Estoy de acuerdo contigo amiga, aunque prefiero al rubio de la derecha, esta para comérselo.

D: Chicas por favor, bajen sus niveles de hormonas no vayáis a mojar la braga jajajaja.

R y S: Demasiado tarde.

A: No tenéis remedio de verdad, anda par de calenturientas vamos a clase que seguro que con matemáticas se os quitan las ganas jajajaja.

Una vez que se terminaron las clases, al igual que ayer, cada una nos fuimos a casa, yo por mi parte comí las sobras de la comida de ayer y descansé toda la tarde ya que no tenía que ir a trabajar hoy. Por la tarde, a eso de las 17:30 hice videollamada con las tres locas que tengo como amigas.

R: Chicas, ya se como se llama el rubiales, se llama Jack y para mi suerte estamos juntos en física.

S: Ahhh, yo estoy igual, se llama Mack, y estamos juntas en biología, es una chica increíble, no he hablado con ella pero seguro que lo es.

D: Je je no sois las únicas que habéis conseguido algo, el chico de ojos verdes esta en mi clase de historia y por lo que se, se llama Josh.

A: Que asco dais, parecéis las típicas adolescentes enamoradas de las películas ñoñas estadounidenses.

R: Oh venga hombre, vi como mirabas al de los ojos azules, te trae locaaa.

A: Eso es mentira, y no se llama ojos azules, se llama Ethan.

D: Con que Ethan ehh?

A: Diana que me dices de los labios de Josh?

D: Bueno chicas fue un placer, os quiero chau.

Y así, escuchando a Rachel y a Sofia riendo de fondo y dejándole a Ana con la palabra en la boca colgué la llamada y decidí ir a dar una vuelta puesto que no era muy tarde, salí de casa y me acerqué andando al centro a dar un paseo por allí, siempre me había gustado el ambiente que se formaba, sobre todo en la plaza mayor donde niños jugaban mientras sus padres los observaban desde los bancos y donde en la cafetería que hacía esquina se podían escuchar las risas de los más mayores mientras que jugaban a algún juego de cartas. Después de estar un buen rato paseando y tomarme un café decidí que ya era hora de volver a casa ya que eran las 21:30 de la noche, cuando estaba ya a pocos metros de casa sentí como si alguien me siguiese, me gire pero curiosamente no había nadie aunque la sensación seguía hay, me sentía observada y era una sensación que realmente me incomodaba pero no veía a nadie y eso solo me angustiaba más. 

Al fin después de un par de minutos llegue a casa, cené y me fui a la cama ya que llegué realmente cansada a casa, lo único que me consolaba en estos momentos era que mañana ya era viernes lo que eso significaba que tendría dos días libres, poco a poco el sueño me fue venciendo hasta que por fin caí rendida y lo ultimo que cruzó mi mente aquella noche fue la imagen de aquél lobo el cual poco a poco se me iba haciendo más familiar.


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