Capítulo I

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Aun me pregunto cómo es que llegue a ese día, sin fuerzas y alientos para soportar lo que venía. Clavada el reflejo, solo me contenía contando los segundos para acabar con la agonía. Hasta que llegaste y cambiaste mi energía. 

Una vez le confesé a la luna, lo inútil que ser cuando lo único que sé es caer

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Una vez le confesé a la luna, lo inútil que ser cuando lo único que sé es caer. Tire una roca a río en el que se dibujaba el reflejo de la luna, desapareció en ondas. El viento de los árboles ya el frío se sintió. Envolví mi pecho entre mis brazos, mi cabello se desordenada aún más, camine en la tempestad de la noche, en la orilla del río.

Empecé a gritar como si me hubiera quitado un clavo de mis labios, me sentí pérdida en mis sentimientos, en mis pensamientos, inclusive en medio de los tantos árboles, yo sólo seguía la luna que acompañaba mis lamentos. En medio de sollozo, un escalofrío recorrió mi cuerpo al haber tropezado con una rama, maldije en voz alta.

- ¿Está todo bien? - Dijo alguien que parecía haberme observado durante todo el rato. Realmente me había espantado.

- ¿Quién demonios eres? ¿Acaso quieres matarme de un infarto? - Lo dije alejándome a zancadas de él, mientras le lanzaba una mirada desafiante y la voz me chillaba con palabra que brotaba de mi boca- Aléjate de mí, permíteme olvidarme del mundo y su gente tan sólo por un instante.

- Tranquila señorita, usted también irrita, no puede andar maldiciendo a cada mal paso que dé- Dijo el misterioso chico que había aparecido.

No respondí, quería que se fuera inmediatamente, quería estar sola.  

- Ok, que espera que diga ¿Qué no era mi intención decirlo? - Rompió el silencio de una manera grotesca.

- Sinceramente ya no espero nada de nadie- sonreí con decepción- Ni de mí- Levanté mis hombros y le di la espalda para continuar.

- ¿Quién es usted Alma Maligna sin ganas de existir? - Dijo sonriente.

- Una Alma Maligna sin ganas de existir- Respondí e imite su exagerada en innecesaria sonrisa.

- Que graciosa- Afirmó, mientras trato de seguir mi paso. - ¿Qué es lo que te tiene tan mal?

- ¿Es algo qué le interesa? - Lo cuestione de la forma más seria.

- ¡Oh! por supuesto que no, sólo quería empezar una conversación- Tocó su cuello y detuvo el paso.

- Una conversación con una desconocida probablemente con problemas mentales que casualmente te encuentras- Caminé más rápido.

- Que arrogancia- Suspiro con fastidio- ¿No te da miedo hablar con un hombre que te puede secuestrar o no lo sé?

- No, lógicamente estoy preparada- Saco del bolsillo y le muestro un gas pimienta- es la obligación de cada mujer si quiere vivir en éste mundo insensible- Dije con firmeza y asco- Además, porque querías lastimar a una bruja.- Añadí sonriendo de oreja a oreja.

- ¡Qué bromista! - Dijo entre risas haciéndose el valiente.

En mi mente salió mejor esa escena, la verdad me había animado bastante hacerlo. Empecé con mi plan, lo mire fijamente a los ojos, pegué un grito repentino y lo tome de los hombros mientras seguía con el grito. Tan sólo recuerdo el rostro del chico, pálido y nervioso. Me hizo a un lado y salió gritando como un bebé sin su tetero. La risa no la puede contener. Me dirigí rápidamente a mi casa puesto que ya me había da psicosis de que un espíritu o un demonio de mas allá me atormentará. 

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Holaaaa a todos. Mi nombre es Natalia Gutiérrez y junto con mi hermana Valentina Angarita escribimos esta historia demencial y de fantasía, les aseguro que vendrán muchas sorpresas, caos y amor. 

Actualizaremos muy pronto.
 
Los queremos: 3     

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