El reflejo del espejo

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Primer escrito por Aida Luz Miller. Tomado como referencia un sueño.

Allí aún estaba tumbada en la cama pensando en la vida de antes, esa vida con la que tanto soñaba y se despertó decidida de dejar aquel episodio atrás, aquel que la perseguía por las noches jugando con secretos y debilidades porque era inexorable el preguntarse qué procedería luego de todo lo ocurrido al igual de las imágenes brutales que en su mente se reproducían una y otra vez, sin embargo, no hacía falta saber con certeza que pasaría después, ella era consciente de que nada frágil sería el resultado. Siempre se situaba entre los filamentos de la muerte y por suerte, no sabía si buena o mala seguía ahí, acostada en la cama. No podía aguantar ni un segundo más allí. Se levantó con las manos y los pies fríos a pesar de las altas temperaturas que abarcaban el entorno. Por pereza no prendió las luces. Miro el reloj, apuntaba que eran las ocho y quince de la mañana, ‹‹seguro se averió›› pensó por la espléndida oscuridad y el manto negro de la noche al observar por su ventana. Al borde de la misma se situaban unas botellas vacías de alcohol.

-Nacemos propensos a ser adictivos- dijo entre dientes y prosiguió- ¿Por cuánto tiempo habré dormido? Seguro ya llego.

Miró atentamente todo lo que había a su alrededor y se dio cuenta que las cobijas estaban en el suelo, los cajones desacomodados y la ropa por fuera.

Todo estaba en el lugar que no correspondía. ‹‹¡Demonios! ¿Qué habrá pasado?›› pensó y corrió casi sin alientos hacia la puerta. Exhalo y pudo percibir en el entorno una oleada agria ‹‹Inmundicia››. Respiro con dificultad por el cadáver responsable del hedor. Ese desentendimiento hacia sus sentidos le producía ganas de acostarse otra vez. Camino por aquel pasillo negro, el aire repugnante de un cuerpo en descomposición inundo su nariz. Tuvo un extraño vaivén de desespero, luego perdió la noción del tiempo. Dejó que su cuerpo desnudo chocará contra la pared deslizándose con sutileza y rapidez hasta caer al piso. Un hilo rojo de sangre bajo de sus fosas nasales a sus labios, le provocaba una sensación de un agujero frío en su estómago. Después tosió, dejando salir ese vomito negro y granulado. ‹‹No se escuchó caer ese líquido al suelo››. Permaneció inmóvil. Vio esa sombra que se escabullía con tanto desespero cerca de ella sin dejarla de mirar.

-Jamás me había sentido tan estúpida. ¿Cómo pude entregar mi vida a un hombre? A un ser miserable. Me das asco. Me das pena. Me doy pena.- Lo dijo mordiéndose el labio del dolor pero aun así siempre con una sonrisa lasciva. Nunca había tenido tanto miedo. Su boca se distorsionaba con cada palabra torpe y temblorosa que salía de ella. Se sintió masacrada y se retorcía no de nervios sino de ira. Le provocaba náuseas. Terminó despidiéndose al caminar lo que restaba a la puerta. Violentamente la cerró. Ella cubrió sus ojos con su brazo, aun en el suelo. No supo por cuánto tiempo durmió. Cuando se despertó, se levantó sin fuerzas. Evaluó las posibilidades con el sudor y lágrimas mezclados en su cara. Vio el cigarrillo de esa mañana aún encendido sobre la mesa. Fue al baño. Se observó al espejo solo podía mantener la mirada mientras se apoyaba en el lavamanos. Se fundía con los ojos negros y vacíos. Ojos asustados y furiosos. ‹‹Puedo llamar a la Policía›› pensó durante un buen rato. Al Abrir la puerta del baño presenció cómo recogían el cuerpo de una mujer desnuda y descompuesta. Un cuerpo pálido y golpeado. Retrocedió con la mano en la boca. Se miró nuevamente al espejo y esta vez no vio nada.

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⏰ Última actualización: Aug 14, 2021 ⏰

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