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NOTA: este capitulo es la continuación de los sucesos del capitulo anterior (el 10) de no recodar donde nos quedamos, solo sería volver a leer. Perdón por la tardanza.


—¿Qué hacemos en tu casa?

—Espérame. —Jimin no tardo mucho en volver junto a él, con una mochila al hombro y una gran sonrisa en su rostro a la que no me pude resistir y me hizo sonreír a mi también. No, en serio... estoy mal.

—¿Vamos a tener otra "cita de estudios"?—Recalqué lo de las citas con mis dedos entrecomillados, intentando quitarme la tonta sonrisa de mi cara.

—No, hoy haremos otra cosa. Es sorpresa.

Salimos de su casa casi a la carrera, no entendía por que tanta prisa ahora. ¿No iba a estudiar? Oye, que si no lo hacía yo tampoco lo veía tan malo pero... no se, un poco mas de información. Lo mismo este me secuestra y yo ni enterado. De todas formas tampoco discutí mucho por el asunto. Sé perfectamente que con Jimin no se puede pelear. Siempre acaba de alguna forma todo siendo a favor de él y perder tantas veces en discusiones no es algo que me guste. Estaba acostumbrado a ganar yo.

¿Por qué me imaginaba que Jimin seria de los que se saltan sus clases solo para adelantar materia atrasada?

—¿No me vas a preguntar donde te llevo?

—¿Me vas a responde?—Le dije con otra pregunta, mientras esperábamos en la parada de autobús.

—No, pero sueles ser más curioso e impaciente.

—Ay... hoy he decidido ser paciente. Cállate antes de que me arrepienta.

Se río de mi forma tan brusca de contestarle y revolvió mi cabello antes de depositar un beso en mi sien. Bien, ya era obvia las miradas reprochables de algunos mayores por ver a dos chicos obviamente en horario escolar fuera de clase como para que se pusiera meloso conmigo.

—Este es mi Kookie.

—No me gusta que me digas Ko... —Comencé a reprocharle.

—Lo se... no permitas que nadie mas te llame así. Solo yo puedo molestarte de esa manera.

Casi se me quedan los ojos mirando para mi cerebro de lo mucho que estos se pudieron en blanco por esa frase. ¿Solo él? Tendría que agradecerme que le de una patada por cada vez que me llama por ese estúpido apodo.

El viaje en autobús no fue tan largo como esperaba pero si íbamos caminando, seguro, que acabo con los pulmones fuera. Se que debo arreglar eso de mi capacidad física, pero no puedo ser el único adolescente que le gusta hacer nada. Fue ameno, charlábamos de cosas triviales como el clima del día. Podría decir que desde hace tiempo que no tenía de esas pláticas en dónde no importa iba el tema, era entretenido y todo surgía de forma natural.

Cuando nos bajamos, estábamos en una zona un tanto desconocida para mi. Al ser un chico sedentario, no salgo mucho y si conozco la zona en donde vivo es porque no me queda de otra.

Fuimos a una pequeña zona medio perdida entre pequeños supermercados y dos cafetería. Y aun cuando llegamos al lugar no sabia muy bien en donde me metía. ¿Traficaba con drogas o algo así? Tuve que fingir que no me quedaba sin aire luego de subir el primer piso.

—Te presento mi lugar secreto.—Dijo con una sonrisa en el rostro, abriéndome la puerta para pasar primero.

Caminé a paso inseguro. No sabía en donde me metía tampoco, hasta que encendió las luces.

Orgullo vs OrgulloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora