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La clase se le pasó volando, amaba la carrera que estaba haciendo, estaba tan feliz de que su padre haya podido hacer un gran esfuerzo para empezar a pagarle la universidad. No era para nada accesible de pagar ya que era una de las mejores de Utopia pero quería que su hijo tenga un gran futuro y un buen trabajo, había escuchado que en la universidad daban algunos trabajos importantes relacionado a lo que cada estudiante esté estudiando. 

El padre de él no tenía un gran trabajo porque no tuvo la oportunidad de poder seguir estudiando, fue papá muy joven y tuvo que hacerse cargo del niño solo, además de que en ese momento le tocó vivir una época muy mala para el reino. 

Cada tanto conseguía algún que otro trabajo en alguna tienda o paseando perros. Depende lo que encontraba en Internet o lo que le ofrecía algún vecino.

Él estaba tan contento con su hijo que con el pequeño sueldo que había recibido en un trabajo de medio tiempo ,junto con algunos ahorros guardados, pudo comprarle una camisa celeste y un pantalón de vestir de color beige claro, para que pueda estrenar aquel conjunto en su primer día de clase. Sabía que en esa universidad iban personas de alto nivel así que quiso tener un pequeño gesto con su hijo e insistió en comprarle otra cosa pero el rubio se negó y le dijo que le agradecía de corazón por el regalo pero que no hacía falta que comprara cosas para él ya que quería que mantenga sus ahorros por si algún momento los necesita.  

Además le prometió que pronto iba a conseguir un buen trabajo para poder ayudarlo con las cosas de la casa y también que se iba a esforzar en sus estudios.

Estaba tan agradecido con su papá que quería poder darle muchas cosas porque de verdad lo amaba y se lo merecía.

Pero no todo era color de rosa en su vida...

Tenía que soportar desde el primer día que entró a ese edificio, las burlas y las criticas hacia él, ya sea por su timidez, por no tener mucho dinero como ellos, y sobre todo el hecho de que no podía hacer magia. 

A pesar de que las clases de magia en la universidad no fueran obligatorias, no quería rendirse y entonces se inscribió en un curso para seguir aprendiendo. Él era una de esas pocas personas que no podía hacer magia por alguna extraña razón. Le daba miedo de que nunca pudiera lograrlo. 

Con aquellos comentarios de ese grupito de chicos que le decían todos los días cosas horribles, se empezó a sentir humillado, avergonzado, que no valía nada y que no era nada especial. Básicamente le metieron en la cabeza que su vida era una mierda y cada vez se lo empezó a creer más y más.

Siendo sinceros...solo le gustaba ir a ese lugar para tomar sus clases de cocina porque cocinar le encantaba, le hacia sentir bien, y más cuando tenía que probar cosas nuevas para hacer recetas que nunca había hecho antes.

Cuando llegaba la hora del receso, le daba terror salir del aula pero tenía que irse de ahí si o si porque no los dejaban quedarse en su salón y entonces iba a  comer al baño, dentro de uno de los cubículos, hasta que volviera a sonar la campana. Le parecía asqueroso tener que comer ahí, sin embargo prefería estar en ese lugar donde se sentía más tranquilo. 

Antes iba a comprar a la cafetería pero en ese lugar siempre se encontraba con el grupo que lo molestaban todo el tiempo,  donde su líder era un chico alto, musculoso, con cabello negro, llamado Wonho.  Él era el primero en decirle comentarios hirientes. Así que para evitarlos, empezó a cocinarse en su casa y llevar su propia comida a la universidad.

La mayoría de las veces que volvía a su casa, wooyoung llegaba muy angustiado. Su padre le decía algunas palabras para hacerlo sentir mejor,  le decía que él  era un chico especial e importante, con una gran luz en su interior y que trate de no dejarse llevar por los comentarios negativos de los demás porque eran personas que su vida era tan aburrida y vacía que necesitaban hacer ese tipo de cosas para poder sentirse importantes y llenarse de alguna manera.

utopia ⋆ ꒰WOOSAN꒱Donde viven las historias. Descúbrelo ahora