Desperté con un terrible dolor de cabeza, ciento como si se me fueran a salir los ojos del dolor, tengo la mente nublada por completo trate de ponerme de pie y mi cuerpo grito de dolor, tengo la mente totalmente nublada. Me encuentro en una cama cubierta con una gran cobija blanca, me incorpore de forma lenta para poder observar el lugar donde me encuentro.
Es un cuarto grande con barias litera, el lugar carece de luz pues las ventanas están totalmente selladas con tablas , las paredes son de un color amarillo pastel, el piso esta cubierto por una alfombra gris, al los costados de las ventanas hay varios tocadores repletos de productos de belleza, las camas se encuentran ocupadas por varias chicas pero ninguna parece tener mi edad, todas son mayores o tal vez sea las capas de maquillaje que llevan sobre la piel que logra el efecto de doblar sus edades.
Al lado izquierdo de mi cama se encuentra una una chica de piel canela y cabello castaño oscuro, unos hermosos ojos verdes, tiene los labios gruesos y su nariz fina pero algo grande, su rostro es como un diamante, tiene un cuello largo y pechos pequeños, tal vez tenga mi edad.
-- Disculpa -- mi voz salió rasposa y algo ahogada, trate de aclara mi voz cuanto la chica dirigió su atención hacia mi persona.
-- Por fin despiertas, soy Jude -- me dedico una sonrisa y estiro su mano hacia mi.
-- Soy Alicia ¿Qué es este lugar?.
La joven rubia me miro con duda mientras frunce el ceño.
-- ¿No te explicaron que este lugar?.
Al parecer se me debió de explicar en algún momento que es este sitio, pero no puedo acordarme lo que sucedió cuando entre aquella habitación, fuerzo mi mente para aclarar las lagunas mentales y funciona pero me invade un dolor de cabeza descomunal que me hace querer detenerme, me obligo a no ceder al dolor y todo se va aclarando, los espacios en blanco comienzan a llenarse y recuerdo todo ¡ maldición!.
-- Van a venderme -- susurre una y otra vez como una desquiciada.
Estoy segura que es el desconcierto de ignorar lo que va a pasar con migo que hace que esta bizarra y retorcida situación me parezca graciosa y no puedo evitar reír a carcajadas ¿ como es que termine tan mal?.
Continuo riendo hasta sentir dolor en los músculos del abdomen, la mujeres que ocupan el cuarto me miran como si fuese la persona mas rara que hayan visto, ¿ a quien le causaría gracia estar en mi lugar? Era golpeaba por mi padre y al mismo tiempo me mataba de inanición, luego me vendió a un tipo bastante desagradable de ver, como si no fuera suficiente mate a alguien y intente escapar a consecuencia de eso me dieron otra paliza, intente matar de nuevo a alguien pero fracase a lo bruto y como resultado me drogaron, pero la cereza del pastel es que despierte en un lugar diferente, mi maldita vida es toda una obra de arte.
-- Nosotras no hacemos parte de la mercancía -- dijo Jude sacándome por completo de mi estado de letargo.
-- ¿Cómo que no?, si el viejo gordo, bajito y feo dijo que iban a venderme -- si antes estaba confundida ahora lo estoy el doble.
-- Todas las chicas que estamos aquí somos las damas de compañía de los compradores.
Iba a preguntar a que se refería exactamente cuando dice dama de compañía, pero el ruido de la puerta al ser abierta me interrumpió, al cuarto entro una mujer de estatura promedio, de cabello negro, labios carnosos, ojos cafés adornados con unas largas pestañas y cejas tupidas, sus mejilla redondas le dan un aspecto inocente, es increíblemente bella. Detraes de ella entro Celia la mujer quien me drogo anteriormente a quien intente matar con una pluma.
-- Alicia, mi querida y dulce Alicia, recuerdas que te dije que no me retaras pues este es el castigo que obtienes a cambio, ya que no puedo matarte voy a destruirte de una forma que no te imaginas -- su rostro esta rojo de la furia y sus ojos me miran con odio. -- Ella es Romina y va a ser quien se encargue de ti por estas dos semanas en las que se supone que yo te prepararía, para convertirte en una niña obediente, viendo que eres una salvaje es necesario domarte primero y querida no se te olvide que debo darte medicina, esta vez será una diferente.
Se marcho riendo cual demonio, hasta ahora es una de las personas que mas odio, la mujer que entro primero quien responde al nombre Romina sigue parada en su lugar mirándome, mientras el miedo de que Celia me drogue de nuevo y puedan hacer con migo lo que quieran me carcome y me hace temblar.
-- Ya me hablaron bastante de ti, eres una pequeña gata con filosas uñas, te atreviste a matar a una de las mujeres del jefe y no contenta con eso también querías acabar con la perra favorita de un mafioso, lo que no entiendo es por que estas temblando como un perro, en mi opinión solo eres una pequeña niña tonta, ingenua y abandonada, !ja¡ pero conmigo te comportas. -- Romina me apretó con fuerza las mejillas enterrándome sus largas uñas en la piel, al soltarme el rostro lo hizo con tal brusquedad que giro mi cara hacia una lado.
-- No se que voy hacer contigo, con ese cuerpo tan escuálido y a tu carencia de gracia y belleza, ni hablar de tu cabello esta tan maltratado que creo que lo mejor es cortarlo.
De todo lo que dijo lo que mas me altero es que quiera cortarme el cabello, de mi físico lo que mas se asemeja a mi madre es mi cabello, lo único que tengo para recordara, las fotos y el resto sus pertenencias Davis las quemo sin remordimiento alguno.
-- Por favor no me cortes el cabello, te lo ruego no lo cortes -- Dije mirando hacia el piso, creo que últimamente imploro demasiado.
-- Como alguien puede ser tan patético. Niña eres repugnante pero para que veas que no soy tan mala no voy a cortarlo, por ahora. Voy a explicarte que es lo que tienes que hacer y presta atención odio repetir.
-- Todas son damas de compañía, en las noches de subastas o cuando algún cliente lo solicita ya sea dentro o fuera del barco, debes de ser refinada y derrochar elegancia, aquí se te proporcionan la ropa para cualquier ocasión al igual que maquillaje, zapatos, joyas, bolsos y por ultimo pero lo mas importante lencería.
-- Para que querría lencería deslumbrante si solo somos damas de compañía,
Romina pareció perder la poca paciencia que tenia, rodó los ojos y miro el techo alzando los brazos como si estuviese haciendo una plegaria, luego de eso la escuche gruñir como un perro.
-- Verdad que eres bastante zopenca ¿Por qué haces preguntas tan entupidas? solo cállate y escucha. Bien retomando, tenemos que hacer lo que el cliente quiera, si te piden sexo les das sexo del tipo que sea y sin rechistar, tu solo vas a estar unas semanas aquí hasta que te subasten así que estarás trabajando dentro del barco, y para tu suerte hay una subasta esta noche y tu vas asistir.
-- NO, NO, no voy a ir a ninguna subasta no soy una puta igual que ustedes -- ni siquiera termine de quejarme cuando Romina ya me había dado una muy fuerte cachetada que me dejo palpitando la mejilla.
-- DAMAS DE COMPAÑÍA, no prostitutas o putas ni zorras somos damas de compañía y si vuelves a referirte de esa manera hacia alguna de nosotras lo aproximo que te voy hacer no es darte una simple cachetada, si no marcarte con un hierro caliente al igual que una maldita vaca.
-- No me importa, no pienso acostarme con nadie, no voy a venderme me niego a hacerlo, prefiero que me maten.
-- Vaya vaya, si tenemos a una pequeña virgen, eso elevara tu precio por las nubes, gracias por conservarte pura hasta ahora maldita mojigata. Y me importa una mierda que no quieras hacerlo, tengo entendido que Celia tiene un método perfecto para poder manejarte.
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Alicia
ActionAlicia Jhonson Smith una chica de 17 años, nunca había conocido lo que es el terror, el hambre y desesperación hasta que murió su madres tres meses antes de su décimo séptimo cumpleaños. No sabia que tener la piel morena, ojos café, cabello rebelde...