Espósame. {Larry Stylinson}

Capítulo 4.

En cuanto tubo tiempo Harry solo hacía que vigilar a Louis y a la mínima que ocurría algo iba directo a él para culparlo. Louis no se quedó atrás, cada vez que Harry hacía su ronda rutinaria de vigilancia por la mañana él se quedaba en su celda, pero convencía a los reclusos para formar peleas leves y que así tuviera trabajo por un tubo. 

Todo seguía en guerra hasta que una mañana Harry entró a la celda de Louis, con cara de muy pocos amigos y manchado de tomate en la cara.

-Que coño pasa, casquito? - dijo Louis con cara burlona levantando se de la cama. 

-Como que que coño pasa?! Mira me la cara- gruñó Harry señalando su mejilla.- Que uno de tus 'protegidos' me ha restregado una tostada por la cara diciendo que te dejara en paz- bufó.

-Oh eso, ya, es que mis protegidos no se toman muy bien que me tengas en el punto de mira.- dijo Louis sin dejar la sonrisa burlona de lado.

-Pues dile a tus putas a las que te follas que no me den por culo u las consecuencias serán grandes.- Harry dio un paso hacía adelante.

-Amenazando me Styles? - Dijo Louis levantando una ceja- No deberías hacerlo-

-Yo hago lo que quiero, cuando quiero y- tira a Louis a la cama cogiendo le por las muñecas- donde quiero.- dijo serio.

Louis sabía que el cascos no iba en broma, a pesar de que Louis solo quería jugar, pero entonces decidió seguir jugando aunque sabía que Harry podía encerrarle en aislamiento. Louis se soltó del agarre de Harry para ponerse encima de él, quedando Harry abajo y Louis encima, mirando le a los ojos sonrió de lado y lamió la nariz de Harry.- Si si, lo que tú digas Styles, pero se que te pongo nervioso.- dijo guiñando le un ojo y quitandose de encima.

- Ts, mas quisieras Tomlinson- se levantó de la cama mirando aun serio a Louis, pero el corazón le latía a 100 por hora, no sabía si por lo que decía Louis o por que el enano de ojos azules pudo con él.

-Si no te importa quiero leer-dice tumbandose en la cama- les diré a mis chicos que no te molesten mas, pero deja de joderme.

Harry miró a  Louis y a pesar de no querer paz con él sabía que Louis era muy popular entre los presos, y que podía acabar bastante mal contra él así que aceptó la paz.- Esta bien, habrá paz entre nosotros. Pero no te líes Louis, no me gustas, ni me pones nervioso, ni nada por el estilo.-

-si, claro, claro.- dijo Louis leyendo mientras oía los pasos de Harry alejarse de la celda.

El resto del día estuvo tranquilo para ambos, Louis se pasó todo el día en la celda y Harry simplemente hizo sus guardias correspondientes. El último turno que le quedaba era el de tarde-noche, era sencillo aunque algunas veces había peleas en los baños, pero quitando eso era muy tranquilo. Harry estaba haciendo guardia fuera de los baños cuando escuchó un grito agudo salir de estos, así que entró tan deprisa como pudo para ver que ocurría.

Tirado en el suelo de las duchas se encontraba un preso, con un cepillo de dientes afilado clavado en su costado, gritando y llorando de dolor. Harry abrió los ojos y se apresuró para coger al preso en brazos e inmediatamente llevarlo a la enfermería a que lo sanaran. De camino a la enfermería cruzó miradas con Tomlinson, ya que este se encontraba apoyado en la celda, mirando fijamente a Harry y sin ninguna expresión en su rostro. 

Cuando llegaron a la enfermería, el doctor se apresuró para curar al chico herido y le dio gracias a Harry, pues si no llega a traerlo a tiempo se hubiera muerto desangrado en las duchas. Harry sintió impotencia, no logró ver quien salió ni quien pudo a ver entrado, no llegó a ver al causante de esto, y eso le frustraba ya que era su trabajo mantener el orden y dar la mas posible seguridad aquellos reclusos.

Harry se sentó en el banco situado fuera de la enfermería esperando a que el doctor le diera buenas noticias, no conocía al recluso, pero sucedió en su turno y si él hubiera visto entrar a alguien sospechosamente con intenciones de hacer aquello no hubiera pasado.