Parte sin título 5

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El despertador sonó pero la habitación seguía en las penumbras, afuera se sentía el pesado sonido de la lluvia que caía a cántaros, la puerta se abre y sale Brian con una toalla en la cintura,

-Buenos días rojita. 

-Hola -digo con una voz que asemeja a un zombie. 

-Mama dice que te levantes, tenemos que ir al pueblo.- solo asiento con la cabeza y me alzo de -la cama.

Estiro mis brazos y se escucha la banda sonora de mi espalda, Brian me mira y antes de salir me dedica una sonrisa para después cerrar la puerta. 

Ahora, veamos… qué me pongo? Escojo unos jeans y todas las camisetas que traje, quizá con tres sin brazos puedo hacer una muy abrigada. Bajo las escaleras y el olor a cocoa caliente llena la casa, se escucha el sonido de la freidora y enseguida se que se trata de tocino. Oh tocino, escapémonos juntos y casemonos en las vegas.

-Buenos dias Jill. - digo sonriendo, esta vez la sonrisa es verdadera, realmente me hace feliz el tocino. 

-Hola pequeña -dice acercandoce a mi, pone un poco de tocino y huevos en el plata frente a mi y deposita un beso en mi frente.- como dormiste anoche? Brian dijo que tenias pesadilla. 

-Qué? - respondo algo confusa. - yo no -alguien interrumpe- Si, anoche fui a su habitación y estaba teniendo un ataque epiléptico, la desperté y estaba teniendo pesadillas. -dijo el recién llegado tomando asiento a mi lado, me dedica una mirada, quiere que siga su mentira. -Oh si, la verdad es que si. 

-Bueno… si necesitas ayuda, aquí estoy. -dice Jill tomando mi mano de forma maternal. 

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Subimos a la camioneta solo yo y Brian, Jill nos mira desde la entrada y nos dedica una cálida sonrisa,

-Que tengan un buen primer día, los espero para el almuerzo. 

-Adios mamá -dice Brian con un tono neutral y cuando estoy por despedirme ya arranca la camioneta y estamos andando a la ciudad.

Brian enciende la musica y sintoniza una estación, Green day suena de fondo en todo el trayecto hacia el pueblo. LLegamos  a la escuela, pero Brian hace una maniobra desviando hacia el centro de la ciudad.

-Hey! Donde vamos?

-He notado que no trajiste nada de ropa y a menos de que quieras vivir desnuda, la necesitas, aunque a mi no me molesta la idea. -me mira de una forma juguetona, con un deje de picardía, yo pongo los ojos en blancos y los dos soltamos una suave risa.

Estaciona la camioneta afuera de un gran mercado de ropa usada, baja y cierra la puerta de un portazo y yo lo sigo, 

-Así que mercadillo… 

-Claro, algún problema su señoría? 

-No, no, no me mal-interpretres, pero no te ves como uno que suele comprar aquí. 

-Y dime que tu si.. -responde a la defensiva, yo entorno los ojos y entramos, dentro hay estanterías llenas de ropa y lo mejor, calefacción .

Creo que el día paso muy rápido, 5 horas se hicieron muy cortas, fue como si alguien pusiera adelantar rápido a la vida, para la horade almuerzo ya habíamos terminado, yo llevaba unos jeans, algunas camisetas y lo mas importante una chaqueta muy gruesa, al puro estilo leñador de Oregon.

En el viaje a casa Brian baja el volumen de la radio, ahora suenan The Killers de fondo, por un momento el desvía la mirada de la carretera y me dedica sus ojos celestes. 

Perdidos. \book 1\\ suicidegirls saga Donde viven las historias. Descúbrelo ahora