Viernes, 15 de Marzo del año 2019.
16 días antes del Detonante.KLEIN
Examiné detenidamente la mesa con armas punzantes decidiendo cuál sería mejor para empezar. ¿Talvez la navaja o el cuchillo?
Elegí el cuchillo. Siempre elegía un cuchillo. Di media vuelta y con el pies empujé hacia a un lado el martillo cubierto con sangre reseca que uno de mis compañeros había dejado tirado en el suelo la última vez que estuvo aquí.
Me acerqué lentamente al hombre encapuchado y atado de manos y pies. Con una mano retiré la tela negra que cubría su rostro y lo miré sonriendo con diversión.
El tipo parecía tener más edad de la que Rae me había informado que tenía cuando lo investigó. Vestía más o menos formal con un traje azul oscuro y el cabello marrón apenas despeinado. Apenas y estaba sucio. Rae había sido cuidadoso en traerlo sin lastimarlo. Me había dejado eso a mí.
Sus ojos viajaron por toda la habitación buscando indicios de conocer dónde estaba. Y cuando centró su vista en mí formó una expresión de desdén y autosuficiencia.
—¡¿Qué clase de broma es esta?!—escupió molesto—. ¿Quién te envío? ¿Quién eres y qué quieres de mí?
—¿Te parece que esto es una broma?—le di unas vueltas en el aire al cuchillo que sostenía antes de atraparlo. El reflejo plateado que la afilada hoja emitió captó la atención del hombre. Su temple fue cayendo en picado desde ese momento, y cuando me prestó atención y vio que ya no sonreía, la calma abandonó su cuerpo.
—¡¿Quién eres?!—volvió a gruñir.
—El hijo de Satanás—bromeé. Me incliné hacia él—. Quiero ver tu sufrimiento, hijo de puta.
Su confusión me provocó una oleada de furia que dominó todo mi cuerpo. Sentí un deseo intenso de torturarlo de una vez, sin darle tiempo de decir nada.
Controla ese instinto que infecta tu cuerpo, Klein.
Me contuve. Quería escucharlo, y quería que él me escuchara a mí.
—No entiendo—reveló—. ¿Qué te hice?
—¿A mí? Nada. Pero lastimaste a alguien muy cercano a mí. Y quiero vengarme en su nombre. Quiero hacerte pasar por todo el dolor que ella sintió. E incluso más.
Lancé más veces el cuchillo con la misma destreza que aprendí desde años. Lo atrapé por la punta, girándolo en el aire. Pensando todo lo que podía hacer con su filo.
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KLEIN ©
Misterio / SuspensoEn la mansión Fisher todo es locura y descontrol, deseos enfermizos y sucesos extraños y perturbadores llevados a cabo por sus inestables inquilinos. Everly desconoce las advertencias de peligro sobre ese sitio, lo que en un arrebato desesperado la...