Capítulo VII

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A lo lejos vio a BaekHyun cruzar los brazos por sobre el pecho mientras tenía el ceño fruncido y la mandíbula tensa. Probablemente ChanYeol nunca lo vio tan inquieto y eso lo hizo sentir inseguro, ya que hace apenas unos pocos minutos tuvo a JongDae diciéndole mediante muchas indirectas que era un idiota por espantar al otro y luego ponerse a llorar por ello.

Más animado se acercó, pero el rubio, aún sin verlo, puso la mano en lo alto de la espalda de la muchacha y la invitó a que caminase hacia las escaleras bañadas en rojo. Era un sitio que estaba a un lado de la barra, donde generalmente se amontonaban los empleados, así que supuso que no sería un área de fácil acceso. No obstante, no se concentró mucho en los desconocidos y fue directamente detrás de BaekHyun, al parecer dejándolo pasar porque el idiota de su amigo contando chistes era muchísimo más entretenido.

Se concentró en donde iba y subió unos cinco escalones antes de verse en la necesidad de caminar a la derecha, donde volvió a subir otros cuantos y se topó de entrada con un pasillo largo y oscuro, iluminado únicamente por luces rojas. Asustado caminó hasta la primera habitación que desprendía luz, encontrándose la puerta abierta y una especie de oficina con sofás y vajilla para el té. Parecía un sitio de descanso o algo así, estaba bien adornada, con el escritorio al fondo y las paredes pintadas de un beige cubierta con cuadros sencillos.

La muchacha estaba sentada en uno de los sofás cercanos a la puerta mientras BaekHyun preparaba café frente a la cafetera. Él simplemente se mantuvo ahí, aprovechando que estaba vacío el pasillo para que no lo descubriesen.

—Cariño, ¿te sientes mejor? —preguntó el rubio mientras se volteaba con la taza preparada y se acercaba a la chica.

—Oppa... —Ella estiró las manos de forma temblorosa, a lo que BaekHyun dejó la taza sobre la mesilla de centro y se sentó a su lado para abrazarla.

ChanYeol no supo como sentirse al verlo acariciando la cabeza de la pelinegra mientras esta lloraba contra el pecho del hombre. La expresión del sujeto pareció perdida, casi triste. En cuanto a la chica, con la gabardina puesta no pudo verla muy bien, pero andaba con ropa negra y portaba unos zapatos de charol con tacón medio que rodeaban unas medias negras de encaje que subían hasta por debajo de la tela de la prenda.

Se sintió ligeramente afectado y hasta celoso por ver al otro tan cercano a la chiquilla, pero parecía más un padre consolando a su hija y ChanYeol no supo realmente qué pensar.

—Oppa, no quiero que vuelva a pasar...

—Lo siento, cariño. —BaekHyun cerró los ojos y la abrazó con más fuerza, visiblemente dolido.

Él estuvo seguro de una sola cosa: no conocía absolutamente nada de BaekHyun. Su madre tenía razón, no se interesó por el otro para absolutamente nada, no sabía su fecha de cumpleaños ni tampoco la ubicación de su trabajo, ni siquiera sabía su edad, maldición. ¿Cómo su afán por alejarse de las relaciones serias lo mantuvo tan ignorante en torno al hombre con el que se estuvo acostando por nueve meses? Ante ello pensó que no tenía para qué insistir. Ni siquiera sabía quién era BaekHyun realmente, ¿cómo podía gustarle? Efectivamente no lo conocía, solo sabía acerca de sus metas y actitudes, como por ejemplo que tenía un afán hacia las películas infantiles y que amaba el tacto, las caricias. Sin embargo, más allá de ello no sabía nada realmente.

¿BaekHyun se sintió igual respecto a mí?, se preguntó, pero acabó dándose cuenta que fue un idiota tremendo. El contrario siempre mostró interés en él, en lo que hacía, lo que le gustaba, sus sueños, sus errores, sus manías. Hasta sabía que le gustaba ocupar la cuchara junto a los palillos para absolutamente todo y desde que lo comentó el otro siempre los puso juntos cuando le servía la comida.

No lo confundas con el amor • || ChanBaek ||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora