6. Un mar de confusiones

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Marissa

Desperté con un molesto dolor de cabeza. La luz de la mañana invadía mi habitación y me hizo cerrar un poco los ojos.

Me llevé la mano a la frente e intenté acomodarme, pero un fuerte dolor en el costado me lo impidió.

Estaba en mi cama acostada, con una ropa diferente a la de ayer. Me subí un poco la camisa de un lado y me encontré con una venda cubriendo mi torso, cabe destacar que ésta tenía un poco de sangre.

¿Qué sucedió ayer?

No me tomó mucho esfuerzo recordar porque los sucesos de ayer se amontonaron en mi mente. La chica en el bosque, la pelea con esas cosas raras, Nathan y su raro comportamiento, el repentino escape de Clark, aquel chico que se parecía a Nathan... ¿Eso no fué un sueño?

"Espera un momento... ¡¿Y CLARK?!" Me exalté ante ese pensamiento y me senté en la cama de golpe haciendo que un dolor intenso despertara abajo de mis costillas. Solté unas cuantas maldiciones.

-¡¿Clark?! ¿Estás aquí? - Lo llamé con nudo en la garganta. No recuerdo haberlo conseguido, así que dudaba que estuviera aquí... Pero aún así...

Al no escuchar ni un ladrido en respuesta, sentí mis ojos humedecerse. Cerré mis ojos con fuerza para evitar que las lágrimas se escaparan.

Lo único bueno que he tenido en la vida se ha ido, ¿tan terrible soy como persona?

Sentí una sensación húmeda en mi mejilla, y al tocarla, una pequeña lengua pasó por mi mano. Abrí los ojos de golpe.

Clark estaba a mi lado con la lengua afuera y las orejitas alzadas. Lo atraje hacia mí y lo abracé. No pude evitar que las lágrimas salieran ésta vez.

- Clark, ¿a dónde te fuiste? ¿por qué corriste tan repentinamente? ¿tienes idea de lo asustada que estuve? - Murmuré con voz entrecortada.

Ha sido el único amigo que he tenido en toda mi vida, con quien he compartido mis lagrimas y mis risas. No soportaría perderle.

Él solo movió su colita con emoción y salió corriendo de la habitación queriendo que lo siguiera.

Me quedé quieta en mi lugar y caí en cuenta de que no recordaba como había llegado a casa.

Cuidadosamente me levanté de la cama, me puse mis pantuflas de Stich, y caminé al baño. Hice todo lo que debía hacer y salí de la habitación.

- ¿Clark? - Me asomé por el mueble y no estaba allí. Me encaminé a la cocina.

- Clark, no creo que sea justo que te escondas luego de... - Entré a la cocina rascándome un ojo y cuando me quité las manos de la cara pude darme cuenta de que definitivamente ésto no era lo que esperaba ver.

Un apuesto y desconocido chico tenía mi delantal (también de Stich) puesto y estaba cocinando algo, en MI cocina, de MI casa.

- ¡¿Q-Quien eres tú?! - interrogué exaltada.

El chico se giró a verme y pude apreciar de nuevo sus suaves facciones, su piel ligeramente morena, su cabello despeinado castaño, y aquellos ojos tan expresivos color miel. Estaba un poco confundida con la situación.

"¿Un poco? se debe notar a mil kilómetros de distancia que quieres saltar por la ventana, y no solo por la extraña y alarmante situación. Es decir; ¿has visto tu cabello? ¡parece un nido de pájaros justamente cuando un chico lindo está en tu casa!"

Intenté pronunciar alguna palabra, articular alguna pregunta, pero de mi boca solo salían incoherencias.

El chico, que hasta el momento no había despegado su mirada de mí, pareció nervioso de repente y decidió decir algo.

Insanía BicolorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora