Capítulo 3

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Zee miró a su compañero que estaba enroscado en su costado, sujetando su brazo como si no lo quisiera dejar ir. Sabía que no debería haber levantado el reposabrazos que había entre ellos, pero no había podido evitarlo. No mucho tiempo después de que Saint se quedara dormido, lo había abrazado y acercado a su lado. Su cabeza estaba apoyada en el hombro de Zee con las dos manos alrededor de su brazo izquierdo, sujetándolo con fuerza.

Levantando la mano derecha, Zee hizo lo que había querido hacer todo el día y retiró con suavidad el cabello de Saint detrás de su oreja. Sin ser capaz de contenerse, se inclinó hacia adelante y le dio un suave beso en la frente.

—Te quiero Saint —le susurró.

Era la primera vez que le había dicho a su compañero cómo se sentía, y no se había despertado al oír las palabras.

Zee vio que Saint sonrió y suspiró contento en su sueño antes de dormir más profundamente. Tener a su compañero tan cerca, había calmado la constante inquietud de su lobo, que en ese momento estaba acurrucado hecho una bola en su interior durmiendo feliz.

Ojalá él pudiera dormir tan fácilmente como su lobo, pero Zee sabía que no podía dejar pasar la oportunidad de mirarlo mientras dormía.

El vuelo pareció pasar demasiado rápido para el agrado de Zee, cuando el capitán dijo por los altavoces a la tripulación que se preparara para el aterrizaje, suspiró con la idea de tener que despertar a Saint y volver a ver las paredes levantarse en torno a él. Se inclinó y lo besó suavemente sabiendo que probablemente sería la última vez.

Sentándose, Zee tocó suavemente la mejilla de Saint antes de llamarlo en voz baja. Le tomó un par de intentos, pero finalmente los ojos de Saint se abrieron fácilmente. El hombre estaba sexy adormilado y confundido. Zee vio cómo Saint parpadeó un par de veces y luego se dio cuenta de su postura y se apartó.

Zee ocultó el dolor que le causó esta acción, pero entendía por qué lo había hecho Saint.

—Umm. —Hasta su voz era sexy como el infierno cuando acababa de despertar. Zee estaba teniendo problemas para mantener la sonrisa en su cara—. Siento haberme quedado dormido sobre ti. No volverá a suceder.

—Zee vio cómo el color rosa bañaba las mejillas de Saint y se negaba a mirarlo.

—No hay problema. Puedes dormirte sobre mí en cualquier momento que quieras. —¡Mierda! ¿Ahora por qué infiernos iba y decía eso? No había nada como agitar una bandera roja delante de un toro, ¿no es así?

Saint se giró y lo miró fijamente con los ojos estrechados, obviamente tratando de decidir si estaba bromeando o no.

—Sí, claro. Lo recordaré —dijo con los dientes apretados antes de bloquear el reposabrazos entre ellos y abrocharse el cinturón de seguridad. Luego se volvió para mirar por la ventana e ignoró por completo a Zee el resto de vuelo.

Saint estaba furioso consigo mismo. No tenía la intención de haberse quedado dormido sobre Zee, pero tenía que admitir ante sí mismo que había sido el mejor sueño que había tenido en mucho tiempo, aunque solo hubiesen sido un par de horas. Odiaba que Zee hiciese una broma por el hecho de que se hubiera quedado dormido sobre él.

Compañero Olvidado ( Libro 4 )Donde viven las historias. Descúbrelo ahora