Laura.

53 2 1
                                    

Solo tenía quinze años cuando paso, el diecinueve de Septiembre sonó mi asqueroso despertador o como lo llamo yo: El invento del demonio. Me puse mi camiseta blanca con rayas negras, mis Andy-z blancas, mi falda rosa palo y me recogi el pelo en una coleta. Baje a desayunar un vaso de leche con cerales, cojí mi mochila de estampado galaxia y me fuí al instituto.

Al llegar al instituto me sente en el sitio de siempre, en la segunda fila y la tercera columna, me sentaba en ese sitio desde que era pequeña era una razón larga de contar:

Flasback

Era muy pequeña, tenía siete años, estaba en el orfanato ( y si, soy adoptada) odiaba estar allí, yo no era muy sociable y las unicas amigas que tenía las adoptaban a los dos minutos de conocerlas, nadie me quería adoptar yo no hacía nada malo pero no se lo que hacía para que nadie me quisiera tener como hija, aunque a veces pienso que si mis padres me dieron en adopción fue por algo, las clases del orfanato era el peor sitio que pudiera existir, todo el mundo se reía de mí: si levantaba la mano era una sabelotodo, si me quedaba callada era tonta. Lo unico que quería era llegar a mi habitación y estar sola y obiamente que me adoptaran y salir de ese infierno.

Un día estaba en clase de matemáticas, estaba sentada en la segunda fila y tercera columna aunque normalmente me ponía en alguna de las esqinas del fondo para estar apartada de esas cosas a las que se les llamaba compañeras pero ese día habían ocupado esos sitos. Mientras la prosfesora explicaba las multiplicaciones la encargada de el orfanato vino diciendo mi nombre y dijo que alguien había lamado diciendo que le gustaría que formara parte de su pequeña familia, una mujer de unos treintaisiete años se asomó por la puerta y dijo que si yo quería ser su nueva hija, en esos momentos me puse a saltar de la emoción y al salir de la clase mire mi sitio fijamente y pense: nunca me volvere a sentar en estas sillas rodeada de gente como esta. Y desde ese momento me da seguridad sentarme en ese sitio.

Como no venía la profesora todo el mundo se puso a hablar mientras yo segía con mi dibujo: era un dibujo de la Luna, no se porque desde siempre me a gustado tanto la Luna, ademas de porque me da el nombre me parece muy "¿bonita?" no se la cosa es que me gusta dibujar las fases de la Luna, tengo toda la pared de mi habitación llena de las fases lunares, en este momento estoy dibujando la Luna que mas me gusta La Luna de sangre.

En ese momento Claudia se acerca a mí y me dice que si voy a ir al cumpleaños de Rocío, yo le dije que no a lo que ella dijo: A hajaja perdón como e sido tan tonta de olvidar de que a ti nadie te quiere en sus fiestas hajajaja. Despúes Cludia se dió la vuelta y se marchó riendose, Claudia es la... la... no se como decirlo vamos que parece "LA NIÑA DEL EXORCISTA" Claudia es una chica la cual solo se junta con migo para hacerme la vida imposible.

Cunado llego la profesora vino con una chica de nuestro curso que nunca había visto, la chica tenía un pelo rubio precioso, tenía los ojos verde claro y era mediana de estatura, vestia un vestido blanco con un cinturón negro y unas botas negras que le llegaban hasta las rodillas, en la cabeza llebaba un gorro morado de lana muy bonito y una mochila con estampados etnicos.

-Hola chicos, siento llegar tarde pero esque a venido una nueva alumna, esta es Laura se acaba de mudar a la ciudad y no conoce a nadie asique me gustaría ver a unos voluntarios para juntarse con ella a la hora del patio- dijo la profesora.

Laura se puso en la mesa que había detrás de mi, dejo su mochila en el respaldo de la silla y se sentó, la profesora pidio voluntarios para juntarse con Laura en los patios, ayudarla a conocer donde estaban las clases y para conocer a todos los compañeros, pero nadie levantó la mano.

-Bueno como veo que nadie se anima cogere a la primera de la lista que es... Luna Alborán García- dijo la profesora.

-Yo- dije levantando la mano.

La profesora nos dijo que nos juntaramos dos mesas y que Laura y yo nos sentaramos juntas y que en todas las clases hicieramos lo mismo, también me dijo que le presentara a todos los profesores y que le acompañara en los patios a los que yo le dije obiamente que si porque entre que yo no tenía muchas amigas y que Laura no conocia a nadie creo que a ninguna nos vendría mal una nueva amiga.

Laura y yo nos sentamos juntas y empezo la clase, Laura no hablaba nada, dehecho vi que necesitaba otro boli negro, ella se puso a buscar uno en su estuche yo le dije que si quería que yo le prestara el mio y ella asintió con la cabeza y en voz baja dijo: gracias. En fin esa chica era tan timida como yo.

Yo soy el Sol, tu la LunaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora