Un traje impecable que consistía en un pantalón de vestir negro unos zapatos acharolados, una camisa morada clara debajo de un chaleco negro que hacían juego con los pantalones y una corbata blanca. Su imagen era armoniosa no había ni un solo cabello fuera de lugar en su peinado. Sus ojos café protegidos por unas espesas y largas pestañas se notaban algo ansiosos, sería su primera y única presentación en aquel antiguo bar de la calle catorce dónde todo había pasado un año antes en ese mismo lugar.
No era el único, habían más personas que se presentarían, quizás más profesionales, con muchísimo más talento. Pero eso no le importaba, sólo quería expresarlo de alguna forma, necesitaba exteriorizarlo y esperaba que, al igual que el año anterior, esa persona se encontrara entre el público y que lo recordara, que recordara esa única noche que lo ayudo a borrar el mal recuerdo de su anterior pareja que ese mismo día, demostró que todo "había terminado" y se fue de su lado sin darle alguna explicación.
No estaba para nada nervioso, había ensayado mucho, la letra y la melodía eran de su autoría por esa razón las conocía al rajatabla. Todos habían ensayado previamente sus respectivas canciones, algunos tocaban instrumentos, ese no era su caso, era excelente cantando pero tocar instrumentos no se le daba muy bien a excepción del violín.
Una chica entro en la habitación de larga cabellera oscura y ojos azules tan profundos como el mar mismo, en un vestido turquesa que se ceñía muy bien a su curvilínea figura, todos los presentes dirigieron su mirada hacia la recién llegada.
-En quince minutos comenzamos- informó y un pequeño murmullo de ansiedad creció levemente entre las personas que esperaban su turno- en esta planilla encontrarán el orden en el que saldrán- dijo colocando en la pared una pequeña pizarra. Se hizo a un lado para que todos pudieran leer su nombre.
Él iría séptimo, luego de una joven rubia muy bonita llamada Akira que se encontraban muy nerviosa y estrujaba lo que parecía una carta en sus manos. La joven le devolvió la mirada y le sonrió bajo sus nervios.
-Hola- saludo tímida con un movimiento de su mano.
-Hola- respondió con calma- ¿Nerviosa?- inquirió.
-Soy muy obvia ¿Verdad?- preguntó con un leve sonrojo en sus pálidas mejillas.
Ella se lo recordaba, la pálida piel que lo vestía, el sonrojo y sus labios separados tratando de recuperar el aire, mientras el calor lo ahogaba. Ciertamente él había sido un capricho del destino, un capricho de una noche pero ¡¡qué noche madre mía!! Una que no había podido olvidar en ningún momento de aquel año. Tuvo un par de encuentros casi clandestinos con alguna que otra persona, pero ninguna se igualaba a él, a su cabello castaño hecho una maraña, su piel pálida, casi como la misma nieve, suave y tersa. Y sus ojos, esos ojos verdes que le pedían más de él sin siquiera hablar, esos ojos que lo tenían hipnotizado, casi poseído por ellos.
Escuchó a la joven dejar escapar una pequeña tos de incomodidad y volvió a la realidad- un poco- le respondió- pero estarás bien, una vez que subas y exteriorices todo lo que quieres, verás como el miedo desaparece- dijo tratando de animarla, ella le sonrió.
-¿Me permites un comentario?- preguntó algo insegura.
-Claro-.
-Si te quitas la corbata, te sentaría mejor el atuendo... te haría más...-.
-Accesible- concluyó él, mientras ella volvía a sonreírle.
Él ya se lo había dicho... "Iba a acercarme antes, pero tu postura, tu vestimenta tan perfecta e impecable y tú seriedad, eran algo intimidantes". Sonrió, pero no realmente para ella, sino ante aquel recuerdo tan gravado en su memoria. Se quitó aquella corbata, quedando más liberado y con un estilo más casual.
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Invierno de Cristal
Fiksi PenggemarÉl quería que escuchara su canción, ambos querían volver a verse. Deseaban al otro, después de tantos meses porque aunque fue una sola noche, el recuerdo del otro había quedado grabado con fuego en sus mentes y cuerpos. Otra vez en el mismo bar... s...