Capítulo 2

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''¿Por qué he dicho eso?'' me pregunté intentando asimiliando lo que había dicho.

- Sí, es una de las mejores series que he visto y veré en mi vida- Me contestó ilusionada.- ¿A ti te gusta?

- Sí, aunque parezca raro, sí. Eres la primera persona a la que le he contado  esto- Dije tras un soplido.

- Vaya, jajaja, gracias. Pero, no debería darte vergüenza contarlo. Quiero decir, no es nada malo.- Me explicaba alegre mientras se colocaba uno de sus ondulados mechones detrás de la oreja. Que bonito pelo tenía.-¿Me puedes acompañar a Mac un momento? Quiero comprar una cosa- Me dijo mientras se balancaba delicadamente de un lado a otro

- ¡Claro que sí!- La dije sonriendo. Espera, ¿se ha puesto roja? Que mona. Fuimos recorriendo lentamente la calle Fuencarral mientras comentábamos cosas sobre Pequeñas Mentirosas. Es tan inteligente, sabe hablar tan bien. ¿Qué no tiene esta chica? Al fin llegamos a Mac. Conocía esta marca básicamente porque a mi hermana la encanta. Entramos los dos juntos siguiendo cada paso que daba ella. Se fue a la sección de pintalabios.

-¿Cuál me cojo? ¿Este o este? - Me dijo enseñandome las dos barras de pintalabios.

"En esos labios, cualquiera de ellos" Pensé

- Me gustan los dos mucho pero creo que el rojo oscuro te va a quedar genial - La expliqué. Y así hizo. Sin pensárselo dos veces se fue a caja para comprarselo. La volví a acompañar. La dependienta al vernos a los dos juntos sonrió levemente disimulando mientras se le iluminaban los ojos. Elena se dio cuenta también.

- Lo siento, pero es que me recordais mucho a mí y a mi novio - Nos contaba la dependienta mientras metía el pintalabios en una bolsa.

-Ah no pero....-dijo Elena antes de ser interrumpida por mi. La rodée con el brazo acurrucandola más a mi. La dependienta volvió a sonreir. Elena también mientras se volvía a poner roja.

Salimos de la tienda. Puede que la haya cagado por lo de la tienda, pero ha sido genial tenerla tan cerca. Me dio un suave empujón mientras se reía.

-¿Por qué has hecho eso? - Me preguntó riendose de vergüenza- Sabes que soy muy vergonzosa.

- La verdad que no lo sabía, es la primera vez que nos vemos, espero que no sea la última - La dije sonriendo. La ha gustado lo que la acabo de decir. Perfecto. Esta vez me dió un puñetazo por la zona del abdomen.

- Ui, eso no está permitido. Se mira pero no se toca.- La cogí de su delicada cintura, la coloqué en mi hombro y empecé a correr. Ella empezó a reir y a pegarme. Que ganas tenía de subir un poco la mano. Pero no. Que no piense que eres un salido mental. Bueno, en realidad nunca lo he sido, y más con esta chica, que no es de las del montón. La bajé de mi hombro con cuidado. Se rió y se apartó de nuevo uno de sus muchos mechones. Nos miramos mutuamente a los ojos. Que ganas de besarla, abrazarla, decirla que es lo más bonito que he visto y veré en mi vida. Dios, Samuel, ¿qué te pasa? ¿Por qué estás así? Y todo esto tenía una respuesta. La respuesta es ella.

Todo y nada.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora