Epílogo

294 34 4
                                    

Hola, amor. ¿Cómo estás?. Pasaron nueve años desde la última vez que te vi y hoy sería tu cumpleaños número 39. Anhelo que estuvieras aquí para poder festejarlo juntos, con probablemente tres niños corriendo por la casa, así como tú lo querías. Pero no es posible.

En este tiempo aprendí a vivir con que tú ya no estés conmigo. Ya no duele cuando te recuerdo, y en vez de que sienta dolor, siento alegría, porque me enseñaste a amar, a vivir y a disfrutar. Te lo agradezco infinitamente. Ahora solo quiero que me perdones por ser tan tonta en nuestro noviazgo. Yo siempre era una adolescente hormonal e infantil. Yo nunca quize ser así, pero me quitaron mi infancia y mi adolescencia. No los culpo, me enseñaron como no educar a mis hijos y a ser una persona fuerte.

¿Recuerdas la primera vez que fui a ver tu tumba y las cosas que te dije? Pues eran reales. Nunca quize que esto terminará así, con las personas que me criaron muertas. Pero todo pasa por algo, ¿no?, como tú lo decías.

Te prometí que re-haria mi vida, porque para mí era imposible volver a creer que todo iba a estar bien y que encontraría paz en los brazos de alguien más. Sí, quizá primero me negué a sentirme querida y en paz de nuevo, pero es que la idea de que te estaría remplazando me rompía el alma y no quería ver a ningún otro hombre que no fueras tú. Pero hace siete años por fin acepté sentirme querida y a día de hoy estoy casada con Luke y tenemos dos hermosas niñas, una de cinco años y otra de siete.
Claramente les hablo de ti cada que puedo y les digo que eras alguien admirable para mí y que merecías todo lo bueno del mundo, porque lo merecías, cariño.

Espero que donde sea que estés, me escuches y sepas lo mucho que te amo, que sigo enamorada de ti como la primera vez que te vi, que te extraño con toda mi alma y que deseo reencontrarme contigo. No pronto, porque ahora tengo que cuidar a dos bellas niñas, pero si en un futuro. Quiero volver a tus brazos. Te sigo amando como no tienes una idea. Te sigo llevando dentro de mí, en lo más profundo de mi corazón.

Mandales saludos de mi parte a los demás, si es que estás con ellos. Diles que los sigo queriendo tanto. Ah, y dile a Yun que deJE DE SUSURRARME ZORRA Y ESCONDERME LOS PUTOS LABIALES, QUE ESTOY HASTA EL COÑO DE TENER QUE BUSCARLOS.

Ehmm, te quiero.

Atentamente: Esther.

hay bonus, pero ese lo subo mañana;-)



¿Volverás? | Juanjo Rodríguez. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora