La tierra llegó a su fin en el año 2,759.
Desde el espacio una gran estela de luz envolvió totalmente el cuerpo celeste, para después provocar una gran explosión que acabo con el gran astro color azul.
-¿Entonces, aquí no hay un "y fueron felices po...
Desaparecí durante bastante tiempo, pero ya estoy aquí.
Y el día de hoy, traigo actualización de mi proyecto más ambicioso, realmente es un reto y desafío para mí, y quisiera darme el tiempo de desarrollar bien la historia.
Aún tiene demasiados huecos temporales que quisiera resolver antes de crear confusión, pero por lo pronto, les traigo el capítulo número uno.
¡Disfruten la lectura!
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“Quince años transcurrían desde la destrucción del centro del universo y la aniquilación de la humanidad. Aún quedaban vástagos dispersos, de lo que alguna vez fue ese grande cuerpo celeste colmado por inmensos miles de millones de litros de sustancia vital y toneladas de polvo ligero café.
La incógnita seguía. ¿Que fue el causante de dicha tragedia, digna de esos baratos cuentos de princesas y seres malvados?. Nadie lo sabía, y quizá era una cuestión que jamás sería revelada.
Lo cierto es que, dentro de la humanidad existieron cuatro seres prodigios, esos que solo nacen una vez cada lustro. Esparcidos en las tres grandes masas de tierra, y siendo totalmente ajenos al grande poder que en sus pequeños cuerpos albergan.
La tierra llegó a su fin en el año 2,759, se dice, que desde el espacio una gran estela de luz envolvió totalmente el cuerpo celeste, para después provocar una gran explosión que acabó lo que una vez fue ese gran astro color azul…”
—¿Entonces, aquí no hay un “y fueron felices por siempre”?
Koga río y acarició suavemente el cabello del pequeño chico tendido sobre la cama.
—No Taki, este cuento no acaba así. No tiene un final.
—Pero hermano, si esos cuatro seres existieran ¿Crees que nos estarían buscando? Acaso ¿Son los cuatro elementos? ¿Tierra, Aire, Agua y Fuego?
—Es imposible Taki, nadie sabe que estamos aquí. Ellos desaparecieron junto a los demás humanos cuando la tierra fue destruida. Y no lo sé, realmente nadie sabe las habilidades de esos sujetos.
—Entonces, ¿Podemos comprobar que la humanidad no está extinta si estamos nosotros aquí?
—No podemos hacerlo. No sabemos que hay más allá de esto, pequeño. Sabes que estamos rodeados de kilómetros y kilómetros de bosque…
—… si, y que es imposible que podamos salir de aquí.
Imitó con voz monótona intentando imitar la del muchacho alto. ¿Cuántas veces le había deletreado lo mismo? ¿Quince veces? ¿Quizá veinte? Taki no lo recuerda. Solo sabe que en esa historia no hay un final, incluso si lo hubiera ¿Quién lo escribiría?
