Adrien

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Era una mañana fría como cualquier otra de invierno, estaba con mi bufanda y abrigo marrón largo caminando en dirección a la clase de Anatomía compleja II, burlandome de Kinny, quien estaba enojado porque la profesora en la clase anterior hizo que le saltará bilis en su visor del rostro, pero ya estábamos en receso buscando la dirección al baño, ya que, después del trauma recibido por Kinny con la bilis, no se atrevía a ir sólo al baño.

Luego de que salimos, paso tan rápido aquel tiempo de descanso que volvimos al auditorio del año corresponiente en la facultad, donde el pequeño, calvo y malhumorado profesor entro y sólo habló para avisarnos que la próxima clase no tendríamos de estas, debido a que, el profesor habia tenido un problema con su hijo pequeño en la escuela, así que era estudio autónomo o se podria tomar a elección como tiempo libre, pero se le quitarían puntos por productividad y asistencia, escuchaba toda ese discurso de mala gana encubierto en el comunicado mientras me quitaba el abrigo y la bufanda, dejandolas dobladas en mi puesto para luego colocarme la bata de blanco en impecable pigmento, para poder ir al laboratorio correspondiente, viendo hoy como era el proceso de removición de órganos y reconstrucción de la evidencia encontrada en estas victimas, o, sus cadáveres, para ser mas específicos, lo cual le causó asco a 3 compañeres que salieron a vomitar. Para cuando acabo la clase ya era la hora del almuerzo, así que Kenneth y yo solo comimos uno, o bueno, para que mentir, 2 sándwiches y media cada uno, las cuales eran distintas, los míos eran, doble-carne y doble-queso, con pimientos y jalapeños, pimentón de los 3 tipos, cebolla acaramelada, lechuga morada y tomates, en cambio, la de Kennrth traía, doble-carne, tocino, doble queso chedar, tomate, jalapeño, lechuga, y desbordantes aderezos en ellos, así que me reia cada vez que se le caia la comida en el plato por lo desbordante que estaban los aderezos, sobre todo la mostaza, la cual me daba asco, ya que su color, olor y casi olvidado sabor, me daban rechazo, alergia y repugnancia, nunca me gusto ningún tipo de aderezo, cualquiera de estos me daba náuseas, o en este caso, alergia...

Terminé mis sándwiches y vi como Kenneth había quedado todo manchado como un niño pequeño, así que le señale la comisura del labio y le di una señal para que se limpiara, pero me quedó viendo como un cachorro ladeando la cabeza, aquella imagen sería enternecedora, de no ser porque me daban asco los aderezos.

Luego de que Kinny fuera al baño, nos fuimos al patio del campus, donde chicas y chicos fumaban, bebían, comían, o simplemente, hablaban, no pude evitar buscar con mi vista enfocadamente a aquel chico, consiguiendolo, sonriendo bobamemte ante aquel logro tan infantil, pero hice cable a tierra cuando una pelota fue a caer a mis piernas, la cual me pidio una chica de cabello extrañamente azul ceniza y ojos morados, que vestía deportivamente.

-Toma, aquí tienes- Entregué la pelota en sus manos amablemente con una sonrisa, y ella se sonrojo levemente agradeciendome, llendo a jugar de nuevo, donde sus amigas se acercaron y se dieron un momento vuelta para verme y seguir hablando, y yo por inercia estornude repetidas veces, eso significaba 2 cosas, era la mostaza desparramada de la camiseta de Kenneth o estaban hablando de mi, cosa que ignore ya que no era lógicamente correcta aquella segunda hipótesis, pero Kenneth se río de mis estornudos, y se le derramó un poco de aquella gaseosa energética de mango en su chaqueta de cuero como karma.

El campus era enorme, habían 3 facultades, Medicina, Derecho y Artes, más el Conservatorio; de las 3 facultades, Medicina, la cual se dividia en 5 especialidades más Medicina General, las cuáles eran, Ginecología, Dermatología, Urología, Neurología y, por su puesto, Forense, la que yo estudiaba, pero no era difícil perderse, ya que todos los lugares estaban señalados a que facultad pertenecían con distintos colores, o con flechas que recorrían los largos pasillos, así que sólo me dirigí, nuevamente, al interior del campus, porque el castaño idiota, por amigo que tengo al lado, Kenneth, se le estaba congelando la nariz y estaba muerto de frío, ya que, por temas de "estilo", el muy tarado no se abrigó, así que sólo me quedo entrar, dejando atrás mis observaciones a la sonrisa de aquel muchacho pelirrojo en el área común.

Mejillas EstrelladasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora