¿Que es lo que falló en el vuelo?¿Por qué se rompió todo en instantes?¿Por qué ellos están vivos?
Abigail y sus amigas tenían todo planeado, dejaron sus países para ir a Corea, su sueño hecho realidad, eso lo que creían, iba a ser divertido, hasta q...
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Hacer chek-in tarde era lo peor, el internet no cargaba y tenían que guardarlo en sus respectivos pasaportes, además de pasar a migración y despejar cualquier duda del país a destino, lo peor es hacer un vuelo con escalas, tres paradas eran justas para que te duela el culo. Lo bueno era que todo estaba fríamente calculado para no estresarse, desde su tarjeta con todos sus ahorros hasta el pequeño maletín de mano con su ropa y un par de zapatos, quería llevar todo su armario por si acaso para cada ocasión especial, pero Malia le grito que no podía llevar todo por qué en el aeropuerto pesaban sus cosas y no podía rebasar el límite, así que solo metió algunas prendas bonitas para el tiempo, prendas veraniegas como las que estaba usando, shorts cortos y una blusa. Corea estaba lluvioso, maldijo su suerte por no revisar el clima antes de reservar los vuelos.
Abigail suspiró, revisó de nuevo su celular y vio la hora, a pocas horas de abordar el avión y sus amigas no llegaban, Belén debía de haber estado hace 15 minutos allí, con los pasajes impresos para no perder nada cuando llegaran a Corea, pero no, no estaba, no respondía el celular, ni su teléfono privado para cosas sucias, y la otra estúpida, Malia, ni mierda, de seguro debe estar por allí con algún londinense de mirona.
- Señorita, quisiera comprar estás... -
- Todavía no, me voy a poner en otro lado para no causar más problemas, ¿bien? - con vergüenza se retiró de la venta y compra de pasajes y camino hacia los asientos reclinables - perra madre. - Uis, ya empezó a enojarse - la dulce voz de Belén la hizo saltar en su lugar, detrás de ella ya estaba su amiga, vestida de pies a cabeza con un vestido veraniego de flores, hojas dispersas por la zona de la falda le daban ese toque dulce a su vestimenta, llevaba unas sandalias a juego y su cabello estaba atado a una cola - ugh, de donde vienes, hueles a sobaco.
