Algo en común

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–¡¿Qué demonios?! –Exclamaban varios residentes de Jordmakt ante los carteles que eran clavados a distintos postes del reino, escritos y copiados de inmediato gracias a un hechicero del castillo, los caballeros del reino daban un anuncio de que el grupo de ladrones más famoso y odiado del reino, los Mareritts, recibían el indulto directo de la familia real, muchas mujeres se encontraban aterradas por la seguridad de sus hijos, los hombres estaban asustados por la seguridad de sus esposas, pero todo el mundo tenía misma pregunta presente:

¡¿Qué, en nombre de Odín, pudieron haber hecho esos cuatros miserables para ser perdonados por la máxima autoridad del reino?!

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–Cinco noches, cinco noches~ ¿¡Cómo encontrar a los herederos de la corona en cinco noches!?– Clamó Egil ya hecho un manojo de nervios, tratando de distraer (sin éxito) sus ideas buscando agua para rellenar su cantimplora y la de Daven. –¡No sabemos por dónde empezar, a quién preguntar, ni los reyes tienen a un sospechoso!

Si bien es bueno empezar con una actitud optimista, Egil tenía razón, en la habitación de Lula sólo hubo como pista el diario que encontró Olao, en la habitación de Arie no había nada diferente, el rapto fue tan limpio que pareciera que sólo se desvanecieron, muy extraño, ya que Arie era el ejército perfecto de diez hombres en un cuerpo, y Lula el ejército de quince hombres a pesar ser menor por dos años, aunque bueno, en realidad no era sorpresa esa diferencia; Lula y Arie fueron entrenados por igual con la guardia real del castillo, eso sí, pero Lula complementó sus conocimientos luchando y entrenando con los cuatro ladrones, sin mencionar que también era conocida como un genio milenario incluso dentro de la familia real, dando así, como único indicio, que tomaron a un hermano (por sorpresa) como rehén para que el otro se fuese con los captores sin luchar, la única idea razonable.

–Es cierto, tenemos un reporte vacío. Y lo peor es no poder preguntar a nadie del pueblo sobre esto porque tenemos prohibido repartir la noticia de que desaparecieron los príncipes. –Repasó Bjorn jugando con su espada enfundada mientras Daven preparaba la carne para el primer día de búsqueda, disculpa temporal permitida por los reyes, hasta que reaparezca el carnicero. –Pero por eso Kaysa fue a la jefatura para preguntar por algún caso similar, recuerda que no sólo desapareció el carnicero antes que los hermanos en estos días.

–Bueno, tienes razón, pero igual me asusta perder la cabeza.

Estaban de vuelta en su guarida meditando la poca información que tenían, considerando lo que estaba en juego tanto para sus vidas, como para el reino sin heredero o segunda opción, los reyes no podrían volver a empezar ni tampoco querían un hijo para reemplazar a los desaparecidos a menos que se confirme que... 

Mejor no entremos en escenarios aterradores.

Kaysa regresó a la guarida después de ir a la jefatura para indagar en algún otro caso de desaparición como el de los príncipes y el carnicero, regresó con otros anuncios que revelaban algo interesante: más personas desaparecieron de la misma manera sospechosa.

–Chicos, adivinen; no tengo pistas, pero sí la sospecha de que esto es una conspiración con piezas clave; Lula y Arie desaparecieron no sólo como el carnicero, sino también como la hermana menor del cantinero, el hermano del novelista, el novio de la bibliotecaria chiflada, la joven verdulera y otra joven que fue reportada por el novio de la bibliotecaria antes de su desaparición. –Y así presentó los carteles; Brynja, Einarr, Gisli, Sigrid, Nanna, y el anuncio del carnicero Viggs, y todos decían la misma cosa; no habían rastros de pelea en sus habitaciones, literalmente desaparecieron de la noche a la mañana y nada más antes de ser reportados por familiares, en el caso de Sigrid, Viggs la reportó y a él lo reportó el propio príncipe.

DragónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora