(꒪˙꒳˙꒪ ) 𓍢ִ໋ ໒ ☆ hyunjin harem
୨ ★ ୧: en donde hyunjin por error
olvidó cubrir su web cam y ahora
ha sido comprado por el mejor
postor en la red oscura sin
saberlo ....
𖣠 suspenso, terror psicológico
𖣠 hyunjin bottom ★ harem
𖣠 adaptación per...
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❝ Entiéndelo de una maldita vez, Bang. Hyunjin es mío, ese chiquillo ha sido mío desde que lo ví en la putrefacta red oscura. ❞
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—¿Estás más calmado, Hyunjinnie?—Le cuestionó Chan caminando por el oscuro bosque ahora ya de noche, tenía tomada la mano de Hyunjin dándole alguna que otra caricia con sus nudillos.
—Uh, lo estoy... —Susurró apenas audible para el estudiante falso, éste asintió sin decir nada más y siguió caminando con él. Tiempo atrás, Hwang hubiera gritado por todos lados ante esa simple acción por parte de su crush, pero ahora era totalmente diferente, se sentía débil y carente de emoción.
Desde atrás, Minho y Yuta los seguían. El primero se mostraba demasiado molesto, casi hasta furioso por el hecho de que las manos del australiano estuvieran tocando las de su Hyunjin. Se aseguraría de cortarle las manos a Bang después, claro que sí. Si hasta ahora no había objetado nada, era porque sabía que el rubiecito tendría una crisis y no estaba dispuesto a verlo en ese estado tan... devastador. Era estúpido pero Minho no podía evitar sentirse extraño con las crisis del chiquillo, casi preocupado.
—¿Ya casi llegamos?—Le preguntó el rubio a Min con fastidio, sus pies dolían y el rostro malhumorado del mercenario también lo hacía ponerse de la misma manera.
—Cierra la jodida boca.
El castaño siguió manteniendo su fija mirada en la pareja que se tomaban las manos, le ardía como el infierno el hecho de que Christopher incluso en el estado más tormentoso de Hyunjin lograra hacerlo sonreír. Muy apenas, pero lo hizo. Lee no compartía sus cosas y el hecho de que supiera que el australiano estaba enamorado del rubio empeoraba absolutamente todo.
—Hemos llegado. —Informó Min metiéndose al auto en el que anteriormente los tres hombres habían llegado a Busan, ésta vez el mercenario iba en el volante. —¿Qué? ¿Se te quedó la mano pegada con él? No te preocupes, yo con mucho gusto la corto.
El de tez pálida se tensó negándose a soltar la mano del chiquillo, Hwang sólo observaba el perfil gélido de Minho. Se mostraba tranquilo pero de su boca salían palabras molestas cada vez que hablaba.