CAPÍTULO 1

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Taeyong miraba fijamente sobre la mesita de noche como Jaehyun dormía después de llorar un par de horas.

Cada año era más frustrante para él que Jaehyun no pudiera ser el mismo de antes.

Habían pasado ya tres años pero para Jaehyun a partir de su partida, el tiempo dejó de correr.

—Jaehyun —una voz al otro lado de la puerta lo llamó.

Johnny, su amigo de toda la vida entró a la habitación, al verlo dormido se acercó a él y acarició su cabello.

—¿Está bien? —preguntó Mark entrando a la habitación.

—Eso creo, supongo que se quedó dormido después de llorar —Johnny suspiró.

—Han pasado tres años, ¿no debería estar mejor? —preguntó Mark confundido.

—¿Lo estarías si fueras tú? —Mark pensó y terminó por negar.

—¿Qué deberíamos hacer? —preguntó preocupado.

—No lo sé, realmente me preocupa que siga así —Johnny puso su mano sobre la de Jaehyun y la apretó un poco, realmente estaba muy preocupado al ver como Jaehyun parecía que iba empeorando conforme pasaba el tiempo — Vamos, dejémoslo dormir.

Mark asintió y salió junto con Johnny de la habitación, Taeyong volvió a centrar su atención en Jaehyun.

Su rostro antes brillante y sonriente se veía pálido y demacrado, no era el mismo Jaehyun que él había conocido.

Este Jaehyun simplemente se centraba en seguir respirando y nada más.

—Debes seguir adelante —puso su mano en la frente de Jaehyun —Debes ser feliz. —le susurró

Jaehyun se removió en la cobijas y frunció el ceño, una pesadilla de nuevo, Jaehyun tenía muchas en la semana, le gustaría saber que era lo que lo atormentaba tanto.

Taeyong se sentía desesperado por no hacer nada, por no poder abrazarlo y consolarlo, por no poder decirle que siempre estaba con él aunque no se diera cuenta y no pudiera verlo.

Los espíritus que no cruzan al otro lado porque algo los ata a este mundo, obtienen habilidades especiales con el paso del tiempo, una de ellas era poder mostrarse a los humanos cuando quisieran.

Muchos espíritus que no recordaban su propósito o ya lo habían olvidado por el paso del tiempo, usaban esas habilidades para asustar a los humanos.

Taeyong pensó muchas veces en aparecerse frente a Jaehyun, dejar que viera que estaba bien, que ya no sentía dolor y que había sido muy feliz y había tenido una vida maravillosa a su lado, pero lo conocía, Jaehyun se volvería loco si lo viera, solo lo dañaría más.

Pensó en Johnny y en Mark, pero no serviría de nada.

Jaehyun despertó casi para el atardecer, tenía el turno nocturno en un restaurante y tenía que partir pronto.

Se levantó de la cama y arrastró los pies al baño, tomó su mochila y salió de su habitación.

—Jaehyun —Johnny lo saludó cálidamente desde la cocina.

—Hola —contestó simple.

—¿No quieres comer algo antes de irte? —preguntó Mark cariñosamente, Jaehyun negó —Jaehyun... Cada día estás más delgado, si no quieres comer aquí, al menos prométeme que comerás ramen o algo.

Jaehyun asintió ante la preocupación de Mark.

—Lo prometo —su voz era neutra.

—Ten cuidado, puedes llevarte el auto —Jaehyun volvió a asentir.

—Gracias.

Tomó las llaves y salió del departamento que compartía con sus amigos.

Su mente viajó a otro lugar mientras esperaba el ascensor, ese día en especial se sentía desganado, era de esperarse, era el día del cumpleaños de Taeyong.

Taeyong caminó a su lado en todo momento como todos los días, nunca se despegaba de él, creía que el tiempo mejoraría su estado, pero no pasó, Jaehyun había llegado a tal punto que Taeyong tenía miedo de que hiciera algo estúpido.

—Hola Jaehyun —lo saludó alegremente Jungwoo un chico que trabajaba con él.

Jaehyun asintió en saludo, Jungwoo suspiró.

—Siempre te ves mal Jaehyun, pero hoy exageras —Jaehyun lo ignoró y pasó a la parte de atrás para ponerse el uniforme.

Taeyong lo siguió, vió como en el casillero de Jaehyun tenía una foto de ambos muy sonrientes, Jaehyun miró la foto y mordió su labio tratando de reprimir las lágrimas.

—Jaehyun, apresurate, llegó un grupo grande —Jungwoo lo interrumpió y Taeyong agradeció infinitamente eso.

Jaehyun pasó su jornada de trabajo como siempre, mientras Jaehyun se iba a cambiar, algo llamó la atención de Taeyong.

Una cara conocida, muy conocida para él, lo reconocería donde fuera a pesar del paso de los años.

Taeyong lo siguió, estando seguro de haber encontrado una ligera esperanza.

De pie, afuera del restaurante, estaba Doyoung, Kim Doyoung.

Estaba hablando animadamente con un chico que parecía mayor que él, cuando el chico se retiró Doyoung se acercó a su auto y se subió, Taeyong lo siguió.

Doyoung estaba diferente se había puesto más guapo, recordó como los tres junto con Johnny y Mark solían llevarse muy bien, todo se complicó cuando los sentimientos entre Taeyong y Jaehyun crecieron, ya que a Doyoung tambien le gustaba Jaehyun.

Después de una serie de problemas, una gran discusión y una gran pelea, la familia de Doyoung se mudó a Japón y nunca supieron nada de él de nuevo, hasta ahora.

Taeyong decidió que Doyoung seria quien lo viera, él seria de mucha ayuda a Jaehyun ya que antes se llevaban muy bien y se querían.

Doyoung condujo el camino a su casa tranquilamente, llegó a un edificio y entró, su departamento estaba en el segundo piso.

Al entrar Taeyong se fascinó con lo que veía, había maniquís y telas por todos lados, asi como diseños pegados por todos lados.

El gran sueño de Doyoung siempre fue ser un gran diseñador, a Taeyong le dió mucho gusto que lo hubiera conseguido.

El teléfono de Doyoung sonó, suspiró con fastidió y contestó.

—¿Qué es ahora Ten? —Doyoung apartó el teléfono de su oído por el grito de la voz de al lado. —El diseño está listo, solo no tengo un modelo, si si revise tu lista, pero ninguno me convence —hubo una pausa —No lo se, incluso si tengo que buscar en las calles, encontraré al modelo perfecto.

Doyoung colgó.

Se sentó en el sofa y puso sus manos en su rostro, estaba muy estresado.

—¿Dónde conseguiré un joven de veintitantos guapo con porte y dispuesto a aprender a modelar?

Se preguntó a si mismo.

Taeyong apareció frente a él haciéndolo brincar del susto.

—Yo sé donde.

Doyoung se quedó sin palabras, se tapó la boca ahogando un grito y respiró ondo.

—Parece que estoy viendo cosas —se levantó del sillón y fue a la cocina.

—Doyoung, ha pasado un tiempo —le dijo Taeyong con una sonrisa a sus espaldas.

Yūrei ─JAEDO ADAPTACIÓNDonde viven las historias. Descúbrelo ahora