Mr. Cat & Mr. Dog [KnowMin]

The Day It All Ended

El día en que todo había terminado...

Seungmin suspiró desganado, caminando cansado hacia la cocina. Al pasar por la sala de estar, no pudo evitar echar un vistazo al desorden de mantas y almohadas que había en el sofa más grande.

Se mordió el labio inferior, mientras sus ojos se llenaban de involuntarias lágrimas, quería llorar, sin embargo, negó, rápidamente pasando la manga de su pijama por sus ojos al observar a Minho llegar también a la sala.

Ignoró totalmente al mayor dirigiéndose a la cocina, este último, mirándole también con nostalgia -o al menos eso quería creer Seungmin-. Un suspiró resignado escapó de sus labios.

Ya en la cocina, Seungmin respiró profundo, intentando aguantar las ganas de llorar. Inevitablemente, su vista se fijó en el calendario que había pegado en la nevera. El día se acercaba...

Ahí, marcado en color rojo, la que hubiera sido su fecha de aniversario. Lamentablemente, ahora no quedaba nada. ¿Y qué si aún amaba a Minho? Ya no importaba, pronto serían sólo un par de extraños conocidos.

Lo hecho, hecho estaba. El daño, el dolor. No había marcha atrás; incluso si todo el asunto continuaba haciéndole llorar, su relación con Minho no había tenido otra solución más que la ruptura.

De solo pensarlo, su labio tembló en un puchero nostálgico, sin embargo, un pequeño lengüetazo en su pierna le hizo dirigir la atención al suelo.

Su lindo golden retriever le miró con pequeños y brillantes ojos.

—¿Nuestro bebé tiene hambre? —Escuchó a Minho decir mientras entraba a la cocina.

El mayor no lo miró, pero Seungmin lo agradeció. Sería demasiado incómodo, porque ya no había un "nuestro" para ambos, sólo su pequeña mascota. “Nuestro hijo" había dicho Minho cuando lo habían adoptado.

Eventualmente observó al pelinegro preparar el alimento de su mascota. El pequeño can agradeció la acción moviendo su cola alegremente.

Seungmin sonrió, el cachorro solía hacer eso cuando lo alimentaban. Y por un momento, Minho lo miró, la sonrisa de ambos desapareció al instante.

Seungmin fue el primero en alejar la mirada, volteándose para preparar su almuerzo. Necesitaba tiempo y distracción antes de que tuviera que hablar con Minho para que ambos llegaran a un acuerdo sobre lo que él mayor se llevaría de casa.

Habían estado postergando la charla durante días, pero era momento de hacerlo si no querían continuar viéndose en la casa. Seungmin sabía que era incómodo para ambos, aunque la peor parte se la llevaba él. Sin embargo, recordarse que tenía que odiar a Minho, era lo que todavía evitaba que no cayera en la locura del desamor.

[...]

Suspiró pesadamente, antes de por fin tomar el picaporte de la puerta y entrar a la casa. Su pequeño cachorro le miraba con brillantes ojos, como si supiera que su indecisión se debía al pelinegro que estaba adentro.

Le sonrió tranquilizante al can, incluso si muchos decían que los animales no entendían, Seungmin sabía que su mascota lo hacía.

MinieMin, como se llamaba el hermoso golden, había sido un ajeno perjudicado a consecuencia de su ruptura con Minho. Seungmin no lo culpaba, el pequeño animal era lo único que todavía lo unía al mayor.

Volvió a negar, armandose de valor para entrar a la casa. De inmediato le recibió un gélido silencio. Se preguntó si así sería a partir de ahora, luego de que Minho por fin se marchara.