Cap. 1 "Bienvenida a la familia Dupain Cheng"

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Bajé del avión entrando al aeropuerto que como siempre estaba lleno de gente o turistas, estaba más ansiosa que de costumbre así que me acerqué a una tienda de comestibles para comprar algo de almuerzo, tiene un cartel de sushi ¡que mejor!.
Me senté en los sillones del lugar el cual era de tonos café mayoritariamente lo cual le daba un toque mas rústico, intente relajarme para poder pensar con mas seriedad  mientras esperaba mi pedido y enseguida opté por llamar a mi padre, un hombre bastante serio y estricto, típico hombre de negocios pero a veces suele sacar su lado tierno.

-¿Papá?.—Hablé bastante más tranquila.

-__ ¿Cómo estás? ¿Ya llegaste?.—Me mordi mi labio de los nervios.

-Papá, cómo te explico...—Intenté mantener la calma lo más que pude, observé y mi pedido estaba casi listo.

-¿Pasó algo malo?.

-Papá, estoy en Francia, s-se me traspapelo el boleto.—Escuche el tick que le había dado en el cuello al escuchar eso. Mal mal mal.

-Tendrás que quedarte ahí, no hay otra opción.

-¿P-Pero y el instituto?.—Ay no.

-Arreglare los papeles para que vayas a otro o al colegio por este segundo semestre, también me comunicaré con el instituto de Estados Unidos y enviaré a alguien a buscarte ahora. Una amiga de tu madre vive ahí, espero estés cómoda, son expertos en comida dulce.—Sentí cuando colgó y tomé un largo suspiró.

Recibí mi pedido y comencé a comer con algo de ansiedad, no me es muy cómoda esa sensación por que me gusta disfrutar la comida, pero este no era el momento, hoy no. No pasó mucho tiempo, serian unos veinte minutos entre que ya devoré mi almuerzo cuando veo una mujer de cabello azulado corto y a un hombre bastante alto y robusto, sonrieron amablemente y la verdad es que igual sonreí un poco, me sentía decepcionada y bastante angustiada, tendría que quedarme aquí durante unos cinco meses aproximadamente, estaba mentalizada en ir a Estados Unidos y terminé viniendo a Francia...

-¡Buenos días! Tu debes ser __ Dapaul, mucho gusto soy Sabine Cheng y el es mi esposo Tom Dupain, soy amiga de tu madre, me pidió que por favor te acogiera en mi hogar y acepté muy feliz, bienvenida.—Estiró los brazos para darme un abrazo, me levante de mi asiento y correspondí a este para luego ella besar mis dos mejillas, su esposo me dio la mano y las estrechamos amistosamente.

Salimos del aeropuerto llegando a una especie de carretera obviamente lejos de la ciudad, el señor Tom llevaba mi maleta, en resumen esperamos un taxi, no tardo mucho en llegar y nos subimos.
El trayecto fue corto pero al menos llegamos a su hogar y para mi a la vista, era bastante bonito, todo color blanco por fuera incluyendo las tejuelas, dándole un aspecto acogedor a la panadería, el diseño era especial por alguna razón, se me hacía conocido...

-¿Este diseño de hogar es de mi madre?

-Así es, ella nos ayudó, fue en sus primeros años.—Contestó Sabina amablemente.

-Ella tiene mucho talento.—Dije sonriendo para mí misma recordando a mi madre.

-Al menos no estarás sola, tenemos una hija llamada Marinette, siempre está ayudando a los demás, es muy querida.—Vi como los ojos del padre se iluminaban al recordarla, volví a esbozar una sonrisa.

-Lo veo en su mirada señor Tom, los demás deben apreciarla mucho.

-Espero se lleven bien.—Acoto el, asentí y entonces la señora Sabine me guio hasta mi cuarto.

Les agradecí muchas veces antes de quedarme sola en el cuarto y luego empecé a acomodar mis cosas poco a poco, este era de color celeste pastel con lila, un escritorio, closet blanco y la cama hacen resaltar el cuarto, me ate mi largo cabello castaño en una coleta y continúe acomodando lo más importante, sentí mi celular, conteste sentándome a los pies de la cómoda y suave cama.

Miss Visión, MiraculousDonde viven las historias. Descúbrelo ahora