Todas eran una piña. Se lo contaban todo, si te metías con una, te metías con todas, bueno lo peor que te podía pasar es tener a ese grupito en contra tuyo. Tener a Valeria en contra tuyo. Las chicas la adoraban. Valeria siempre las apoyaba en todo, las animaba y las ayudaba a conseguir lo que quisieran de la manera que fuera necesaria. Pues Valeria no tenía escrúpulos. No tenía límite. Y lo peor, nunca se cansaba. A las chicas no les convenía tener a Valeria alejadas de ella.