Bicarbonato de sodio (parte 2)

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El sol se posaba sobre el mar de nubes del ocaso de un color anaranjado, Jordie se encontraba en una terraza de su gran apartamento del centro de NY CITY, el humo de su cigarro se disipaba en el aire y un suspiro salió de lo más profundo del homo.
-Ah... Hermano estoy reventadisimo...

En ese momento, un par de moscas se posaron sobre su brazo y esto le confundió bastante, pero no tanto como el hecho de que estaban teniendo sexo sobre él.

Miraba con lujuria la danza de los insectos hasta que finalmente volaron de su brazo hacia el horizonte seguidas de una decena más de moscas.

Jordie se volteó y observó que el hombre al que dejó inconsciente momentos antes ya estaba en un estado avanzado de descomposición y el fétido olor le dio una bofetada.

La situación se convirtió en algo extraño dado que, cómo es evidente, hace falta más tiempo que unas horas para que un cadáver estuviese en ese estado, además, notó que su barba era más larga, al igual que sus uñas, entonces comprendió qué estaba ocurriendo: el tiempo en su apartamento transcurría a una velocidad mayor que en el exterior, y esto sólo podía ser obra de un viejo conocido suyo...

-¡¡Me voy a cagar en tu puta madre muerta viejo verde!!.- dijo Jordie -sé que estás ahí...-pasó a un tono más meloso y casi erotico cuando dijo esta última frase.

La puerta de su armario comenzó a abrirse lentamente y por fin se dejó ver.

-Jejeje

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-Jejeje... Hola, Jordie, parece que me has vuelto a pillar.

Apareció un hombre de al rededor de 60 años con pelo corto y gafas, era el Dr.Shirtsplosion, el archienemigo del gay del jetpack, el cuál tenía una curiosa virtud (si así se le puede llamar) sólo con la flexión de sus músculos era capaz de acelerar el transcurso del tiempo en un radio de 12 metros, pero esto también causaba que su ropa explotase debido a la presión.

-Vaya, parece que has estado trabajando. - Dijo Jordie al ver el miembro erecto del anciano musculoso.
-Sí, bueno, es que me he estado preparando desde nuestro último encuentro en Vietnam, ¿qué te parece?

El homo volador, que aún estaba desnudo también caminó lentamente hacia el escritorio de la habitación mientras le contestaba al Dr.Shirtsplosion.

-La verdad, me pareció que todo terminó muy rápido aquel día así que no recuerdo bien qué ocurrió exactamente.- Jordie pulso disimuladamente un botón que se encontraba debajo de la mesa que activó una señal enviada a su jetpack, el cuál apareció por la ventana abierta volando y se colocó a la espalda del enano desnudo.-¿Qué te parece si lo repetimos?-Preguntó alzando el dedo corazón de su mano derecha mientras era elevado sobre el suelo con si jetpack.

El doctor quedó sorprendido por la hábil jugada de su contrincante, pero no lo dejó ver, únicamente se rascó el escroto y retó con un gesto de su otra mano al gay.

Con un placaje a alta velocidad, Jordie embistió al hombre atravesando la pared y lanzandolo contra la de la habitación contigua, Shirtsplosion se levantó entre la polvareda y caminó hasta dejarla atrás, estaba levemente herido únicamente con unos rasguños y sacudió de sus hombros pequeños fragmentos de escombro.

-¿¡ESO ES LO MEJOR QUE SABES HACER!? si ni siquiera me has quitado las gafas, ¡vamos Jordie puedes hacer más!-gritó con un tono burlón.

En respuesta, el otro hombre salió volando por la ventana del dormitorio que aún estaba abierta y pulsó varios botones en su jetpack, pero cuando volvió a alzar la vista vio que Shirtsplosion corría hacia la abertura en la pared y se apresuró a apretar el último botón, una gran explosión destruyó el piso y la figura del Doctor salió de entre el humo negro para aferrarse a la mochila propulsora de Jordie.

Mientras forcejeaban, el gay se dio cuenta de que el bote de bicarbonato caía desde la explosión y aún con el polizón agarrado se dispuso a agarrarlo, cada vez más cerca del suelo, Jordie se acercaba a cogerlo, pero no conseguía alcanzarlo, el jetpack estaba a la potencia máxima y no entendía cómo podía caer a tal velocidad, entonces miró hacia atrás y se dio cuenta de que Shirtsplosion estaba flexionando sus músculos con toda su fuerza.

Faltaban escasos metros para tocar el suelo cuando por fin agarró el bote y comenzó a ascender de nuevo.

-¡¿Por qué coño te has parado a recoger un puto bote de bicarbonato de sodio maricona demente?! ¡Podrías habernos matado!- preguntó exaltado el viejo.

-Bueno, en realidad sí que va a morir alguien, pero no voy a ser yo Shitsplosion. -Dijo Jordie.

Este abrió un compartimento de su jetpack e introdujo el contenido del envase apresuradamente y pulsó dos botones en el panel, entonces comenzó a ascender a la velocidad del sonido con una llamarada azul de modo que el Dr. Shirtsplosion acabó cayendo al vacío con su cuerpo desnudo calcinado.

-Me llamo... Dr.Shirtsplosion... Gay de mierda...- Dijo débil mientras caía.

Jordie descendió hasta el suelo para llegar hasta donde aterrizó Shirtsplosion y encontró su cuerpo sin vida, quemado y espachurrado sobre un coche prácticamente destruido.

-Lo siento viejo amigo... Pero para hoy tenía otros planes, no te preocupes, tendrás una despedida digna.

Empezó a masturbarse frente al cadáver y eyaculó sobre este, como muestra de respeto hacia su antiguo enemigo. Este ritual provenía de la tribu de los ayaymandangarica, la tribu que le crió cuando era niño, el ritual consistía en purificar el alma del muerto mediante la esencia más pura que existía, la cual para ellos, era el semen humano.

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El Doctor Shirtsplosion no será el único de los peligros que aparecerán en la aventura súper gay de Jordie, así que sigue leyendo en el siguiente capítulo de El Gay del Jetpack.

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