El tatuaje carcelario

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En las cárceles, la práctica del tatuaje pone al descubierto un submundo de significados ocultos. Los presos fueron uno de los primeros grupos que usaron los tatuajes para diferenciarse del resto de la sociedad, ya sea como señal de rebeldía o como símbolo de pactos entre logias carcelarias. Los internos los denominan "tumberos", y en general responden a un significado bastante específico. Los motivos místicos, por ejemplo, son imágenes de santos y vírgenes, cruces o figuras de Cristo y del diablo. Generalmente, este tipo de tatuajes es muy común en los presos acusados por violación. Los tatuajes pacíficos, también usados por agnósticos y ateos suelen representarse con dibujos de palomas, flores, estrellas o palmeras.

Para reafirmar su identidad muchos presos eligen tatuarse su nombre entero o sus iniciales.

También existen los tatuajes afectivos. Así como los griegos creían que el corazón era el lugar donde los hombres guardaban sus amores y pasiones; los presos imprimen sobre su pecho, el nombre de la mujer amada, como signo de amor eterno.

Esta forma de escritura permite observar la superficie de la piel como lectura iconográfica mediante la cual se descubre lo biográfico, se pueden reconstruir fragmentos de la vida del preso a través de sus tatuajes. Los mensajes que los presos reproducen en sus tatuajes conforman una verdadera gramática de la piel.

Otra variante que se ve con frecuencia en los internos, son los tatuajes agresivos, representados con dibujos de aves de rapiña, espadas, animales feroces y puñales. Mediante estas figuras, los presos intentan poner en evidencia su rudeza, muchas veces con el fin de obtener un escalafón superior dentro del rango otorgado por los internos. La calavera, por ejemplo, significa que el portador del tatuaje no dudará en matar ante una situación límite, para otros es una advertencia a la que se deberá prestar mucha atención.

Desde siempre el tatuaje ha estado íntimamente relacionado con el erotismo. Los antiguos tatuajes japoneses estaban llenos de geishas, y el célebre director de cine Peter Greenaway supo plasmar como ninguno el sentido erótico de la escritura sobre la piel, en su película "Escrito en el cuerpo".

Este factor, tampoco está ausente en el universo carcelario. Los tatuajes sexuales son utilizados para diferenciarse. En los heterosexuales, por ejemplo, las figuras son atrevidas y tienden a reafirmar la virilidad de quien lo lleva. En el caso de los homosexuales, el dibujo más habitual es el de dos mariposas juntas. Para muchos reclusos, la piel es el terreno más apropiado para volcar sus fantasías amorosas. Según el análisis de los médicos, este tipo de tatuajes se ubican siempre en las piernas o la pelvis y representan "la apetencia y necesidad del interno, de tener relaciones sexuales". Los tatuajes eróticos, generalmente se representan con la figura de una mujer desnuda; es "la chica de los presos", de formas exuberantes y curvas peligrosamente seductoras. Los lugares del cuerpo que eligen los presos para plasmar cualquier tipo de tatuajes son muy variados. La gran mayoría se ubica en los brazos, las piernas o el pecho; aunque también se imprimen en el estómago, la espalda o el pene.

En las cárceles los tatuajes se siguen haciendo manualmente, sin colores ni elementos artísticos. En general, los secretos de la técnica se transmiten de convicto a convicto, otorgándole a esta práctica, un halo de misterio, cual si fuera un rito iniciático, propio del submundo de las cárceles, en otras ocasiones, el traspaso de la ciencia obedece a fines pragmáticos, por ejemplo, como contraprestación por otros favores. La maquina que utilizan es totalmente casera. Consiste en un motorcito de radio, del que se desprende un bolígrafo, un tenedor o un cuchillito sujetado con hilos o alambres. El motor hace que el elemento punzante se mueva como las agujas de la máquina de coser, entrando y saliendo de la piel. El pigmento que generalmente utilizan, es la tinta china o la de los bolígrafos Bic. Lo cierto es que entre rejas, rencores y penitencias, el tatuaje carga el cuerpo de los presos de significado. Y como su condena, éste era un estigma que les acompañaba el resto de sus vidas.

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