Enter Sandman de Metallica era lo único que se escuchaba en el viejo Impala a parte de los ronquidos de mi hermano. Sam se había quedado dormido como es habitual, no pude evitar ponerle una cuchara en la nariz como siempre y subir repentinamente el volumen para que despertara.
-¿¡Qué coño...!? Dean...
-Despierta princesa, ya hemos llegado a Salem.
Aparqué el coche en frente de una imprenta para elaborar dos placas, no tardaron más de diez minutos en estar listas. Salí de la tienda y volví al Impala. Le di su tarjeta a Sammy y yo me quedé con la mía.
-¿En serio tenía que llamarme Earl?- se quejó.
-La próxima vez las haces tú y las pagas tú.- sonreí mientras le daba ligeras bofetadas.
-Pero si pagaste con una tarjeta falsa.- dijó él.
Me quedé algo pensativo.
-Ya... Pero... ¿Por qué te tengo que dar explicaciones?- dije al fin- Soy el mayor y me tienes que hacer caso.
Sam cogió la guia hasta encontrar lo que buscaba.
-El motel Sunshine está a 3km hacia el este, tienen wifi gratis.- dijo él.
-Adjudicado.- dije volviendo a poner en marcha el viejo Chevrolet.
Sam cambió como siempre de cinta, no acababa de entender que en mi coche se acataban mis normas, pero qué se le iba a hacer. Rock You Like A Hurricane de Scorpions comenzó a sonar. Menos mal que no puso a los Backstreet Boys como la última vez. Aún no se de dónde cojones sacó esa cinta.
-Tendrías que comprar una radio que reproduciera cds, ya nadie usa casete.
-¿No acabas de entender lo de 'mi coche mis normas'? Cuando tú tengas tu propio coche le pones reproductor de cd, de mp3 o lo que te venga en gana. En este viejo Impala no se cambia nada.- dije acariciando el guardabarros.
-Aún no entiendo por qué le tienes tanto cariño a este coche.
Lo fulminé con la mirada.
-Es el amor que tiene un hombre hacia su primer coche. Eres muy joven para entenderlo.
Él suspiró y yo reí. No tardamos mucho en llegar al motel, entramos los dos juntos a la recepción. Me quedé parado en el umbral de la puerta observando a la chica que estaba en el mostrador. Era blanca como la nieve, con el pelo negro como el azabache, si no fuera porque se que los cuentos no son reales me plantearía si esa chica era Blancanieves. Me fijé en sus ojos, según como les diera la luz podrían ser verdes como las esmeraldas o de un color azul cristalino similar a un diamante. Tenía pestañas largas y negras, que hacían juego con el toque de sombra de ojos que llevaba del mismo color, bajé la vista hacia sus labios, ni muy finos ni muy carnosos, simplemente perfectos con su color rojo natural. Pestañeé dos veces para librarme de aquel encanto y me acerqué junto a Sammy al mostrador.
-Bienvenidos al motel Sunshine, ¿en qué os puedo ayudar chicos?- dijo levantándose de la silla.
Vestía ropa oscura, una sudadera negra lisa y unos pantalones negros, rotos y ajustados.
Si yo te dijera en qué me puedes ayudar...
-Queríamos alquilar una habitación.- dije sacando la cartera.
-Cama de matrimonio imagino.- dijo mirando a Sam.
-¿Qué? No, no no- reí a la vez que Sam- Earl y yo somos hermanos.
Él me fulminó con la mirada, como odiaba ese nombre. Yo me reía interiormente.
- Oh, lo siento, perdón.- sonrió- Entonces dos camas. ¿Y se llama...?
-Oh, si.
Le entregué la cartera.
-Con que FBI ¿eh?
Los dos asentimos.
- Encantada de conocerle, señor Axl Rose, su habitación es la 348, y esta es la llave. Son 20$ el día. Por cierto, mi nombre es Kendra.
Le entregué la tarjeta y ella la pasó por aquella extraña máquina. Aún no me creo que se lo haya tragado. Me la devolvió y los dos nos disponíamos a salir cuando ella nos interrumpió.
-Es un honor servir a una leyenda del rock como usted, se conserva muy bien para tener 53 años.- dijo con gran sarcasmo- No me creo nada de eso, pero al menos decid vuestro nombre y qué habeis venido a hacer a Salem, tampoco es que lo vaya a contar por ahí.
No se por qué, pero comencé a hablar.
-Yo soy Dean, y este es Sam, venimos a investigar las desapariciones de varios niños y sus familias, aquí en Salem.
- Ah, pues buena suerte.- dijo ella antes de sentarse y coger una revista.
Supongo que aquella reacción me decepcionó un poco, pero bueno.
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Wicca |Dean Winchester|
Sonstiges-Soy hija de las brujas que no pudisteis quemar, la diferencia es que yo no correré la misma suerte. -¿Cómo estás tan segura? - Simplemente lo se. - Tal vez te equivoques. -Yo que tú no estaría tan seguro.