Eran las 7:55 am en Little GJ, un pequeño pueblo no muy grande al sur de Alabama. Faltaban 5 minutos para que tocara la alarma y el ordenador de Dan todavía estaba encendido porque había pasado toda la noche escribiendo el artículo del periódico del instituto. Tenía 16 años y era bastante alto, su piel era pálida, el pelo largo y rubio y los ojos de un verde azulado. Siempre había sido muy listo y había aprobado todas las materias, pero lo que se le daba realmente bien era escribir, lo hacía tan apasionadamente que le decían que tenía el don de contar historias.
Desde que descubrió su supuesto "don" comenzó a escribir en el periódico del instituto y a redactar sus propios libros que no dejaba por la mitad como lo hacen las personas vagas. Nunca había tenido novia, pero sí mejores amigas y muchas hermanas, y para él eso ya era bastante, no aguantaba a las chicas con sus pijerías, sus "cosas de chicas" y su falta de sentido del humor, aunque a decir verdad muchas chicas son más... fuertes, valientes, inteligentes... Muchas más cosas que él. La verdad es que las admiraba a todas, menos a las que se creían superiores a los demás.
4 minutos. Su madre ya estaba abajo esperándolo con el desayuno hecho. Ella siempre le hacía el desayuno, tortitas, beicon y de vez en cuando cereales con leche, pero solo cuando era una "ocasión muy especial" como solía decir su madre.
3 minutos. Sus hermanas acababan de bajar.
2 minutos. Madlu, su pequeño hurón negro azabache acababa de lamerle la cara, pero Dan no se despertaba.
1 minuto. Su madre ya empezaba a enfadarse.
De repente un sonido agobiante y familiar salió de su móvil:
- LOLLIPOP LOLLIPOP OH LOLLI LOLLI LOLLI....
- ¡Mierda!
Era la alarma. El chico, asustado y confuso se dio dos bofetadas en la cara para despertarse, se peinó el pelo rubio con las manos y abrió la puerta. Sí, allí estaba su madre, una mujer morena con los ojos azules y amarillos. El pelo lo tenía recogido en una larga trenza y llevaba un vestido azul oscuro con una cinta rosa. Ella era, sin duda alguna, la mujer más ordenada del mundo. Aunque no por eso significaba que fuera dulce y demás, que lo era, pero en aquél momento estaba enfadada, y mucho. Le fulminaba con la mirada, y eso hacía que se sintiera como un bandido pillado en pleno robo.
-¡¿Pero Dan, cómo puedes si quiera pensar en despertarte a esta hora ?! Y aún no te has vestido y...
Pero ella estaba equivocada, él estaba vestido, peinado, y con los zapatos puestos. Porque ocasiones como aquellas ya le habían ocurrido varias veces y aquella vez ya estaba preparado, había dormido toda la noche con ropa y zapatos, aunque lo que no estaba planeado era dormir en su silla, le dolían mucho la espalda y los hombros. Maldita incómoda silla. . Marty Macfly aunque durmiera con ropa era más inteligente porque por lo menos dormía en la cama.
Al bajar se encontró a sus tres hermanas: Flor y Georgia (las gemelas) y Lola, la mayor, con solo nueve meses y tres días de diferencia. Su madre, la de antes, se llama Helen y su padre Aitor. Y allí estaban, una familia muy singular y divertida. ¿Y por qué? Porque cada uno de ellos le puso apodo al otro, como por ejemplo: Helen le escogió a Aitor: Aitor Tilla. Y Aitor a Helen: Helen Chufe. Dan le eligió a Lola: Lola Mento. Y Lola a Dan: Dan One. Las únicas que no tenían apellidos graciosos eran Flor y Georgia porque decían que era una tontería de gente inmadura ( tan pijas y aburridas como siempre).
Al dar el primer mordisco en la tostada del desayuno, se oyó un coche pitando en la puerta de su casa. Era Coco, su mejor amiga, que le iba a recoger con su coche nuevo todos los días para ir al instituto. Coco era morena, tenía el pero ondulado y llevaba un flequillo que le tapaba la frente, tenía muchas pecas que le cubrían la nariz y las mejillas y unos ojos azules que resaltaban bastante. Era guapa. Le encantaban las aventuras y el rock, siempre llevaba ropa de color negro o de estilo fairy grunge, como ella lo solía llamar. Ellos se conocieron a los 8 años, buena época entonces, en la que se hicieron amigos cuando Coco le dio un fuerte puñetazo en el ojo... Ahh... Ella siempre cumplía todas las apuestas que le hacían aunque solo fuera por unos cuantos céntimos. Y desde entonces, cuando Coco le extendió la mano para ayudarlo a levantarse y Dan hizo que se cayera se volvieron unos buenos mejores amigos.
- ¡Adiós mamá!
- ¡Ni adiós ni nada! Comete el desayuno Dan. ¡¡¡RECÓRCHOLIS , DAN !!!!
Giró los ojos, ¿por qué su madre no era capaz de pronunciar un solo taco? Corrió hacia el coche.
-Hola Dan One. - dijo Coco despeinándole el pelo cariñosamente con la mano.
-Hola Coco Drilo.
Y se fueron a mil por hora con el coche, un Cadillac azul precioso, hasta parar en una casa vieja, bueno, más que una casa, una caravana a lo americano, de la que salió Jack con un cigarrillo en la boca. Era un chico moreno de hombros anchos y musculosos, con algunas cicatrices por todo el cuerpo causadas por múltiples peleas, pecas en la cara y ojos amarillentos y únicos. Él y Coco siempre habían tenido un rollo de enamorados, aunque nunca lo aceptaban.
Pero aún faltaba una parada, la de Sofía, y así la pandilla ya estaría completa. La pandilla "LA CÁMARA DE LOS IDIOTAS". Al llegar a la casa de Sofía ella les saludó sonriente y subió en el coche. Sofía era una chica guapa. Era pelirroja, con los ojos negros, sin una sola peca en la cara y le encantaba el campo e ir de fiesta.
Aquel día todos estaban muy felices, no sabían el porqué, simplemente lo estaban, riendo y cantando hasta que sucedió, hasta que aquella mierda lo cambió todo y hasta que no volvieron a ser los mismos nunca más.
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Luzazul
Science FictionDan era un chico de dieciséis años como cualquier otro. Desde que tenía memoria siempre había tenido los mismos 3 mejores amigos. Coco, Jack y Sofía. Era una persona normal o eso creía él. Dirigiéndose en coche hacia el último día de instituto con s...