Nuestra noche

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Noche de luna llena, en pleno frío Diciembre, unos ojos miel fijos en el firmamento, mientras un mentolado cigarro acariciaba sus labios, apenas expulsa a el humo, solo dejaba q se consumiese mientras su mente dibujaba con perfección en el aire la silueta de aquella mujer que veía acercarse... Su pelo negro, junto a su pícara sonrisa, el chocolate de sus ojos y una cara tallada por los dioses, que dejaba sin aire a todo aquel que se cruzaba en su camino. La chica se paró frente a ella y le arrebató el cigarro de la boca.... Nuestra joven y pequeña chica no pudo evitar bajar su mirada a la de su actual acompañante... Y sin motivo aparente, su respiración empezó a acelerarse... Pensó, en cómo se sentiría en tirar ese puñetero cigarro al suelo y atrapar esos pequeños pero carnosos labios que esa mujer poseía... Como sería atrapar ese apetitoso lunar que adornaba la zona baja de su boca.... El cómo sería sentir la humedad de su lengua contra la suya, creando un baile tan enredado de sentimientos encontrados que no querría que acabase jamás... Alzó la mirada y vio que esa mujer también miraba su boca con deseo y se mordió el labio... La pequeña en estatura no pudo contenerse más y apoyó su desnuda espalda, a causa el vestido negro que llevaba, en la pared de aquel pabellón al mismo tiempo que tiraba de la corbata del traje que llevaba aquella mujer en aquel momento. Ambas atraparon los labios con hambre, con pasión, con lujuria... Manos se tocaban con necesidad de sentir más piel... Por lo que, la más alta de las dos, se separó jadeando y ofreció su tatuada mano a aquella chica del pabellón... No sabían ni sus nombres, pero si sabían que la tensión sexual que se creó en aquel instante, en el que el alcohol no había sido participante de ello, tenía que ponerse fin de buena manera...

La pequeña no tardó en mostrar las llaves de su piso mientras su lengua recorría la sonrisa de la más alta, la cual llevó las manos a su culo con descaro y la pegó más a su cuerpo. Un pequeño gemido prisionero en la garganta de la más pequeña salió disparado para acabar sobre los labios de la que aquella noche, sería su chica.

- Déjame abrir la puerta, no quiero follar aquí en medio

-Pues es una pena... Porque a mí... A Natalia le gusta mucho verte así ahora mismo ...rubia

La pequeña, abrió la puerta mientras que esa chica, que se hacía llamar Natalia, le abrazó por detrás y dejó húmedos besos por su cuello... Sentía como se iba a desfallecer ante el placer.... Así que, armada de valor y lujuria, se dio la vuelta y la miró a los ojos.

-Natalia, Natalia... Yo que tú paraba o serás tú la que no deje de gritar mi nombre... - ambas entraron sin separarse ni un centímetro en aquel apartamento- porque estás jugando con fuego

- ¿Estoy, chica misteriosa? Porque... Bajo el vestido.... Puedo notar tu humedad... ¿No te quemarás tú?

La rubia notó como Natalia subía un poco su vestido e introdujo una de sus piernas entre las suyas, presionando levemente con la rodilla en su centro... Pero la rubia, que no era para nada tonta, comenzó a mover levemente sus caderas al mismo tiempo que su boca se dedicaba a marcar el cuello de una jadeante y sorprendida Natalia

-Primero... Me llamo Alba... Así me llamarás... Segundo.... Las dos vamos a acabar ardiendo y tercero... Si quieres sentir mi humedad.... Quítate los putos pantalones y nota ... Con tu piel... Ese poder q tienes en mí.... Para así también poder comprobar.... La humedad q se esconde entre tus piernas al solo escucharme gemir

Natalia obedeció a aquella pequeña y poderosa rubia que decidió tomar el control de la situación. Sentía como su morena piel ardía mientras esos ojos miel que la embriagaron en un primer momento se tornaban en el más negro y puro deseo. En un acto de valentía y ya con sus pantalones fuera, se atrevió a retirarle en un hábil movimiento el negro vestido que Alba aún llevaba puesto y que tapaba esa piel que Natalia deseaba dejar marcada, pero no le dio tiempo ni a observarla, y aquel cuando el vestido se encontraba en el suelo, Alba se acercó a la boca de Natalia iniciando un beso que descolocó a la más alta, pues en lo que ella esperaba un beso marcado por las ganas y el deseo, se convirtió en un beso lento y delicado que parecía tener la intención de parar el tiempo y para ser sinceras...a Natalia tampoco pareció importarle, pues muy en el fondo, había algo en ella que quería estar más que una simple noche disfrutando de cosas tan simples como podía ser un beso que muera en una sonrisa.

Estuvieron besándose con calma unos minutos. Se dedicaron a reconocer cada rincón de su boca, a memorizar los movimientos de sus lenguas, a las pausas y suspiros para volver a respirar, a como sabían sus besos.... Se dedicaron a memorizarse...una, por si era el último momento...la otra, porque quería pasar más tiempo con ella y debía conocerla.... Fuera por lo que fuere, una burbuja de delicadeza las apartó del fuego inicial que las consumía y se dedicaron a desgastar sus labios a base de besos. En uno de estos infinitos besos, Natalia se separó un poco de esa pequeña rubia y al abrir los ojos, vio que en la mirada de Alba se veía añoranza y cariño, un nudo se creó en su garganta y decidió, con sumo cuidado tumbarla en la cama de su amplia habitación y si se hubiese parado a mirar bien la estancia, podría haber reconocido una foto de ellas dos juntas, pues en verdad estas chicas ya se conocían, aunque Natalia no recordarse nada.

Alba se encontraba bajo el cuerpo de Natalia y cerró sus ojos para tatuarse en la pared de su mente, este momento tan importante. Dejó que los besos de aquella morena recorrieran todo su cuerpo y disfrutara de la desnudez de su anatomía...Dejó que aquella chica desgastara la constelación de lunares de su cuello y se adentrara a explorar con sus dedos, su zona más interna, le regaló gemidos de placer, sonrisas algo ocultas ante los ojos de la otra y un par de orgasmos que le supieron a gloria a la morena, pero ella no se quedó atrás y se dedicó a admirar cuerpo y alma de aquella mujer, a la que estaría fallándose su cuerpo, pero estaría amando a su alma, cosa que a Natalia le hizo ver un nuevo universo un par de veces , mostrándoselo a la rubia en forma de orgasmo. Ambas cayeron rendidas al colchón, con la mayor en altura acurrucada en el cuerpo de su pequeña acompañante.

Alba no pudo evitar soltar un suspiro de nostalgia mientras acariciaba el pelo de una agotada morena, que dormía plácidamente con la cabeza sobre su pecho. Los labios de Alba poco tardaron en posarse en la frente de Natalia al mismo tiempo que un par de lágrimas rebeldes descendían por sus mejillas... Ella sabía lo complicada que era esa situación y no quería preocupar a aquella chica con sus lágrimas, así que al mismo tiempo que se las secaba, se dejó vencer por los recuerdos y la ternura alcanzando una foto de ambas que se encontraba en la mesilla de noche

- Te juro, mi amor...que volverás a acordarte de todo...yo misma me encargaré...aunque corra el riesgo de perderte de nuevo y no volverte a ver- sus palabras, más que un susurro al viento, era una promesa en voz baja, para que su ex, la persona de la que seguía enamorada, se recuperase de esa amnesia que la tenía presa.

La vida de Natalia se basaba en recuerdos hechos de cristal y Alba iba a luchar para que recuperase la fuerza en ellos. No supo cuánto tiempo se dedicó a mirar y acariciar a aquella mujer que tanto amaba, solo tuvo claro, que después de mucho tiempo, consiguió dormir tranquila, ya que se encontraba arropada por el calor y el aroma de la que para Alba era, su alma mía.


Pues esta sería la nueva novela chiquis, espero que os guste el principio, un besico bbys😘

Recuerdos de cristalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora