Estar a tu lado

Capitulo 10

Nunca había tardado tanto. Bueno, en mi no tan vasta experiencia, eso es. Lo había esperado dos veces ahora, ¿qué sabía? Traté de decidir si era una buena señal que esto se estuviera prolongando. Posiblemente significaba que iba a poder obtener más comprensión, pero dijo que había vivido toda esa vida antes y se había desvanecido como un sueño cuando despertó.

Esto no tiene sentido, tienes un trabajo que hacer. Estar aquí.

Observé su rostro, hermoso y sereno. Justo después de comenzar a meditar, susurró mi nombre. Mina . Desde entonces había estado callado. Capté pequeños destellos de emoción, rabia, excitación, tristeza, angustia que revolotearon a través de sus rasgos. Entonces me sentí realmente inquieto por el aumento de su respiración, el rubor de su piel y un leve gemido de placer. Una punzada de celos era inevitable. Nadie había tocado a Toshiro excepto yo, y me prometió que nadie lo haría nunca.

No seas tonto, un recuerdo no es nada de lo que estar celoso. ¿Y si tuviera un sueño sobre otro hombre o mujer, entonces te convertirías en un salvaje controlador?

Suspiré. Sí, probablemente lo haría. Incluso ahora Zangetsu estaba rechinando los dientes. Cuando Toshiro regresara a mí, definitivamente requeriría sexo. ¿Estaría pensando en mí o en el fantasma con el que estaba ahora? Golpeándome mentalmente, repetidamente, me obligué a calmarme.

¿Sería ofensivo si me levantara y tomara una ducha fría?

Mi atención retrocedió cuando Toshiro gritó y se agarró el pecho, cayendo hacia adelante y enroscándose en una bola apretada. Me acerqué a él, me acosté y me envolví alrededor de él. Sus manos estaban arañando su ropa, rasgando la tela para tratar de rasgar la piel debajo, y las agarré, obligándolas a quedarse quietas.

Tanto dolor, ¿cómo pude ser tan egoísta? Si su yo pasado tuviera el más mínimo indicio de placer para mitigar esta agonía, me regocijaría. En cambio, como un verdadero bastardo, había querido quitármelo. Quería besarlo, acariciarle la mejilla y la espalda, decirle que estaba bien. Pero solté sus manos cuando dejó de luchar y simplemente lo abracé suavemente, en silencio, dejándolo hacer lo que tenía que hacer.

Estuvo en silencio durante mucho tiempo después de eso, un suspiro ocasional e incluso algunos momentos de risa. Tumbada de lado, envuelta alrededor de su pequeño cuerpo, yo también me quedé callada y contenta. Aplasté cualquier sentimiento de celos cuando sospeché que estaba recordando momentos con Raiden. Qué absurdo desear poder golpear al hombre, cuando todo lo que habíamos aprendido decía que el amante muerto hacía mucho tiempo era yo. No pude evitar reírme por la ironía.

¿Estuvo bien? Había pasado más de una hora, más de lo esperado. Acomodé mi cara en su cabello y cerré los ojos, demasiado tensa para preocuparme de que pudiera quedarme dormida, pero tratando de relajarme mientras él estaba quieto. Tuve algo de tiempo para respirar y no pensar antes de que repentinamente pasara de estar tranquilo a gritar y arañar una vez más. Luché para evitar que se hiciera daño. Mi mente fue a mi propia historia, los días oscuros de tortura y dolor. Sabía el tipo de cosas que me hacían querer arrancarme la piel, y recé fervientemente a los dioses en los que no creía que Toshiro no estuviera viviendo eso en este momento.

Las cosas solo empeoraron a partir de ahí. Lo abracé con más fuerza mientras lloriqueaba y se quedaba callado, furioso y llorando, nunca más en paz, todo su cuerpo temblaba y la temperatura en nuestro dormitorio descendía en picado. Afuera estaba naciendo otra ventisca. Cuando empezó a aullar de dolor, pensé que tal vez se estaba acabando. Momentos después, la risa maníaca me hizo estremecer, nunca esperé que Toshiro hiciera tal sonido. Me recordó a Zangetsu de un humor particularmente bueno, escalofriante e inhumano .