Capitulo 5 - ¿Punzadas en el corazón?

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Habían pasado dos días desde nuestra charla en el café, todo iba bien al parecer, habíamos recuperado nuestra cercanía, ya no se sentía incómodo. Nate aún después de todo había mantenido su promesa de llevarme a comprar todos los discos que yo quisiera.

Estábamos en la tienda de discos, rebuscaba entre los escaparates. Nate me seguía a todos lados con una pequeña cesta.

-¿Cuanto tiempo más vamos a estar aquí Blair?-se quejó.

-No llevamos ni una hora Nate-continuaba buscando-. No empieces.

-¿Y si mejor te compró la tienda entera y listo?-lo voltee a ver con mala cara-. Bien, eso es un no.

Aunque claramente me hubiera encantado tener toda una tienda de música solo para mi. Pero no dejaría que hiciera eso.

-¿Ya sabes que le darás a tu padre por su cumpleaños?

El cumpleaños del padre de Nate era dentro de tres días exactamente.

-No-bufó-. Ni si quiera sé porque debo darle algo.

-Porque es tu papá Nate-dije obvia-. Deberías agradecer que tienes uno.

Nate me miró con ojos comprensivos.

-Se que tengo uno, pero no actúa como uno precisamente.

Tomé un par de discos y los eché a la pequeña canastilla.

-¿Haz hablado con él?-enarque ambas cejas-. Tal vez podrían sanar todas las heridas del pasado.

-No sé si pueda perdonarlo Blair...

La duda era evidente en su voz.

-Haz un esfuerzo, no guardes rencor.

Ya sonaba a mamá. Últimamente había estado yendo a verla, me gustaba charlar y pasar tiempo con ella.

Tiempo es algo que no teníamos y debía recuperar todo el tiempo que no fui.

-Haré un esfuerzo, pero no prometo nada.

Eché un par de discos más. La cesta estaba repleta de discos de diferentes cantantes y géneros.

-Eso me gusta-sonreí-. Bien, es todo podemos ir a pagar.

-¡Al fin!-exclamo dramático.

Le di una mala mirada y caminamos hacia la caja registradora. Se encontraba una chica de unos veinte años, cabello largo, negro, con algunas mechas azules y tenía un pearcing a un costado de la nariz y otro en el labio inferior. Lucia bastante intimidante con ese collar de picos sobre su cuello.

-Hola-nos sonrió ampliamente-. ¿Encontraron todo lo que buscaban?

Vaya, no me esperaba que fuera tan sonriente y amable. Si que las apariencias engañan.

-Sí, gracias-le sonreí.

La chica comenzó a pasar los discos por el escaner y Nate sacó su celular para pagar con la aplicación del banco.

-Son dos mil dólares-miró la pantalla y luego a nosotros.

-¿Donde puedo pagar sin contacto con él celular?-Nate lo buscaba por el mostrador.

-Oh no, aún no contamos con ese servicio, pero puedes pagar con tarjeta de crédito si gustas-le sonrió amable-. Solo ven conmigo a la oficina, ahí se encuentra la terminal.

-Te sigo-se inclinó un poco Nate sobre el mostrador para leer el gafete de la chica-. Juliet-sonrió Nate y ella le devolvió la sonrisa.

Nate y Juliet desaparecieron tras la puerta negra que estaba tras el mostrador. Después de unos minutos volvieron riendo a carcajadas. Enarqué una ceja y de nuevo esa extraña punzadas en mi pecho apareció.

La canción que te dedico Donde viven las historias. Descúbrelo ahora