"Good morning, guys"
Las puertas de la universidad hablan por sí solas. Alzándose sobre las cabezas de todo el que pasara por delante, dan una sensación de poder, cualquiera diría que estas entrando en el mismísimo Hogwarts.
Columnas inmensas se levantan entorno a unos portones increíblemente grandes de madera robusta en la entrada, dando acceso a un enorme castillo de aspecto antiguo, pero reformado, que ahora ocupaba la función de dar lugar a estudiantes universitarios y residencias. La antigüedad del lugar era innegable, pese a todas las actualizaciones y renovaciones que hayan intentado hacer, se podía casi oler en el aire.
Sin embargo, algo me dice que probablemente este sitio asustaría incluso a Voldemort, porque a mí me han entrado escalofríos desde que me he bajado del coche de Nate, el nuevo novio - y no me sorprendería que provisional - de tía Dolly. Nate era el orgulloso dueño de una Harley Davidson que apareció una mañana aparcada en la calle justo delante de la entrada del aparcamiento de casa de tía Dolly, y es así como empezó su bonita historia: con ella amenazándolo con llamar a la grúa si no "sacaba su mierda" inmediatamente.
Así es tía Dolly, de aspecto dulce pero implacable. Cualquiera diría que se amedrentaría ante un hombre de aspecto rudo, barba increíblemente larga y tamaño de un - o dos - armarios de Ikea. Pero no, la mujer apareció delante de él y le plantó cara, lo que parece haber conseguido enamorar al hombre. Hoy, debido a su enamoramiento, le ha tocado hacer de niñera de la sobrina de su amada, llevándome a la universidad mientras tía Dolly abría su pastelería en el centro.
Sacudiendo la cabeza tras saludar a Nate con un movimiento de la mano mientras maniobra para salir de aquí con el pequeño coche de la tía, intento despejar la mente y centrarme en lo que tengo que afrontar en este mismo momento: las clases. Miro el reloj en mi muñeca, solo me quedan treinta minutos para inspeccionar todo esto y encontrar mi clase de inglés.
Good morning guys, llego tarde, como siempre. ¿Te sorprende? A mí nada.
No me atrevo a dar dos pasos sin que me tiemblen las piernas, que cobarde me siento en estos momentos. Mi Leena interior está riéndose a carcajadas de que no sea capaz de entrar a una universidad a estudiar lenguas. ¿No era eso lo que querías, pequeña inconformista?
- Cállate. - Me digo a mí misma, tal vez en voz alta, pienso mientras veo a una chica girar la cabeza al pasar por mi lado. Me encojo de hombros y suspiro, tengo que hacerlo ya.Me muevo hasta las escaleras principales, más simples de lo que esperaba encontrar. Dirías que en un castillo propio de la Edad Media encontrarías alguna armadura de pie en algún pasillo, pero la verdad ha sido bastante más decepcionante. Así de cerca no parecen tan majestuosas e imponentes. Mentirosa. De vez en cuando una ha de intentar autoconvencerse de algunas cosas para no llorar en situaciones tensas, como, no sé, tu primer día de universidad.
La gente corre acelerada por los pasillos, mirando los nombres escritos en las chapas metálicas pegadas a la puerta de cada aula. La facultad de lengua y literatura está junto a la de historia, así que somos muchísimos los que empezamos las clases hoy, muchos los desorientados, y muchos los que andan entre los novatos como verdaderos reyes, con la cabeza alta, pese a probablemente haber suspendido el treinta por ciento de sus asignaturas.
Panda de pedantes.Me camuflo entre la gran masa de personas y empiezo a buscar la clase de inglés avanzado, según los papeles que me dieron en la oficina de secretaría la semana pasada cuando tuve que rellenar y recoger los documentos restantes, la clase 302. Recorro todo el pasillo, empezando a sudar. Me da la impresión de que este día no puede ir a peor, y empezar la universidad llena de manchas no creo que me haga tener una buena fama, o incluso mejor, que me ayude a pasar desapercibida. "Eh, mira, ahí va la novata, sí, la sudorosa"
Gracias, pero no, gracias. Pasar desapercibida está bien para mí, y tanto que sí.
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Septimus Hall 1# Chaos
Lãng mạnDespués de una experiencia realmente traumática, Lee Collins solo quiere comenzar de nuevo, pasar lo más desapercibida posible y acabar la universidad para comenzar a vivir. Todo parece normal hasta que se matricula en la Universidad Septimus Hall...