❝ ¿cómo le dices a alguien que lo amas si ni siquiera puedes hablar? ❞
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Pasaron los minutos y Beomgyu seguía sin poder dejar de llorar, ignoraba las palabras de Taehyun que intentaban calmarlo.
El peli-rojo comenzaba a preocuparse un poco.
─ Vamos a lavarnos, Beomgyunnie. ─ dijo, antes de cargarlo, con los brazos del otro rodeando su cuello y las piernas abrazando su cintura.
El baño era limpio, con una ducha especial para Soobin, y una silla de plástico donde el castaño se sentaba para no dañar la silla en la que se movía, y que Taehyun usó para sentar a Beomgyu.
Bañó el cuerpo de su novio primero, sus sollozos se habían calmado pero seguía dejando fluir lágrimas.
Al terminar lo miró dedicándole una pequeña sonrisa.
─ ¿Estás bien?
Beomgyu asintió, murmurando, no lo había dejado de hacer desde que habían acabado, Taehyun comenzaba a fastidiarse con eso, pero no podía culparlo, así que no dijo nada.
─ Me ducharé rápido y saldré. ¿Quieres ir al cuarto y vestirte?
Beomgyu volvió a asentir, Taehyun dejó un beso en su frente antes de que se levantara, saliendo del baño.
Cuando terminó la ducha, se sorprendió al ver que Beomgyu, además de hacer lo que le había dicho, había ordenado toda la ropa que habían tirado y había sacado las sábanas manchadas.
─ Hay que decirle a los demás. ─ dijo Taehyun, ya vestido, refiriéndose a la ya no-mudez de Beomgyu.
Tomados de las manos, salieron de la cabaña, con intención de ir al comedor, o a donde vieran gente.
Quizás para su desgracia, la primera persona que encontraron fue Yeonjun, quien se había quedado esperando en el comedor, mirando por la ventana hacia las cabañas, a que ambos chicos terminaran, y al verlos salir había ido corriendo hacia ellos.
─ ¡Mierda, Taehyun! ¿Qué eres? ¿Un vampiro ─ habló, aún a unos metros de distancia, podía distinguir las marcas en el cuello de Beomgyu, sobresaliendo del cuello de su remera.
Parecía que iba a decir algo más, pero frunció el ceño al ver los ojos enrojecidos por el llanto de Beomgyu, y sólo le tomó unos segundos más en captar los murmullos que el pelinegro decía.
─ ¡Beommie! ─ gritó con felicidad, abrazando al chico. ─ ¿Qué pasó? ¿Puedes hablar? ¿Puedes decir Yeonjun? ¿Jeon-Jun?
─ Yeon-Jun
Beomgyu rió, por primera vez, para pedido de ambos, una risa dulce y tierna, llena de felicidad.
─ Oh, Taehyun no llores, marica.
─ Tú también estás llorando, marica.
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Aclaración: Todo lo que dice Beomgyu sigue estando en cursiva (esta letrita) porque no puede pronunciar bien los sonidos (imaginen que habla como un niño pequeño).
