cruel conmigo.

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Los bajones de la vida te llevan a encontrarte con lo más oscuro de ti, y entonces caes en cuenta que eres un alma que está jodidamente pérdida y absolutamente sola, el daño que te hacen las personas con las que te rodeas a diario es muchísimo más fuerte que el que puede hacerte un persona a la que no le agradas, la máscara que permanece en mi rostro sencillamente es neutra si tengo que reír ante los demás lo hago sin compromiso, aún sabiendo cuan desagradable es mi sonrisa, si tengo que llevar mi cuerpo a algún sitio rodeado de chicos de mi edad, lo hago aunque odie mi cuerpo, si tengo que fingir en todo momento con quien sea, cuando sea, lo que sea, lo hago, es mi rutina, lo he vivido diariamente desde ya hace unos años, solo hace poco tiempo me he dado cuenta de lo cuan infeliz que soy, y lo atascada que estoy, atascada por una enorme piedra justo a la entrada de un nuevo camino, allí me he detenido y me ha obligado a pensar en mí, y en cómo me siento, por lo que he pasado, me he mentido a mi misma durante tanto tiempo, haciéndole creer a todos que estoy bien, para luego creermelo yo, pero entonces no ves salida alguna, no puedes simmplente soltar algo con lo que has cargado toda tu vida, y entonces en tu campo de visión, alcanzas a ver una pequeña luz y encuentras la manera de tratar salir por ahí, con la ayuda de esa luz, de esa persona que ha llegado justo en el momento exacto a salvarte, era todo lo que buscabas, y te dio toda la esperanza que jamás pudieron darte en tu vida, de salir, y acabar con tanto dolor, pero esa luz quería brillar con más intensidad y tú solo lograbas apagarla, así que como todo, se alejó y tú mundo tuvo la gota que derramó el vaso, y te demosronaste por completo, por el día, las lágrimas y los sentimientos amenazaban con tumbar tu fachada pero no podías permitirte arruinar a nadie, y ahí otra ves tú pensando en todos menos en ti, tú momento era cuando el sol caía y solo se escuchaba el ruido de tu llanto amortiguado con toda intensidad por la inocente almohada, y ahí entendiste que solo ese era el momento de ser tú, y de mostrar lo que eras, solo lágrimas de dolor, que sin mayor esfuerzo brotan de tus ojos para finalmente caer, como tú lo has hecho. Amanece, llega un nuevo día y tú solo eres la misma persona de todos esos años fingiendo ser feliz.

Análisis Diario Donde viven las historias. Descúbrelo ahora