Desde la visita de los tres grandes a la clase 1-A, a Midoriya Izuku lo ha carcomido la curiosidad sobre uno de los dones de sus compañeras. Justo cuando se arma de valor para cuestionar a ésta sobre su curiosa y exótica apariencia y don; su torpeza...
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Bizqueó ante el repentino rayo de luz que llegó a sus ojos, quedó atontado mirando hacia la pared de aquella habitación. Hasta que sintió una repentina calidez en su hombro y se volvió, quedando aturdido por la imagen que sus ojos captaron.
—¿A-Ashido-san? –de sus labios escapó una exclamación inaudible.
Movió a la aludida con cuidado, esperando a que se despertara. Pronto los dorados ojos de la chica se posaron sobre sus esmeraldas. La contraria quedó atontada por un momento y finalmente soltó un suspiro.
—Midoriya, me alegra que estés bien –sonrió soñolienta y aliviada.
—¿Qué...qué sucedió? –preguntó confundido mientras sobaba su cabeza.
La chica parpadeó lentamente y finalmente desvió la mirada, intentando evitar la confundida mirada del peli-verde.
—Te caíste en la sala y golpeaste tu cabeza con una mesa –soltó rápidamente.
El chico asintió meditando lo dicho por la peli-rosa y soltó un suspiro. «Ni siquiera sé porque le entendí todo». Pensó confundido. «Supongo que es porque yo también hablo así...».
—Ah...ya veo...¿cuánto tiempo llevo dormido? –sus mejillas se tiñeron de un color carmín por la vergüenza.
—Mhmm –la chica llevó su mano a su mentón y finalmente soltó: —dos horas y media.
—¿Q...qué?.
«De hecho...se quedó a esperarme...que amable...». Una sonrisa se formó en su rostro.
—¡Bueno!, ¿qué más da? –una sonrisa escapó igualmente de ella. —¿Necesitas algo? –se volvió con curiosidad y amabilidad hacia él.
—De hecho...sí –desvío la mirada avergonzado.
—Oh, ¡dime! –sonrió feliz por llegar a ser de ayuda.
—Yo quiero... –se detuvo de golpe, ya que su voz se estaba cortando de los nervios.
—¿Quieres? –preguntó en un tono expectante.
—¡Q...quiero conocerte más a fondo! –soltó.
Y en realidad no había medido sus palabras, dándole una idea completamente distinta a la contraria, quien soltó un chillido emocionado.
«¡Siempre había querido esto!». Pensó emocionada. «¡Midoriya me invitó a salir!».
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ESTAMOS DE VUELTA AHHHHH
Bueno, he visto que tuve bastantes errores anteriormente en la historia original, así que decidí llevar las cosas mucho más lentas.
