Si mañana sale el sol - Chanbaek - Trad.

1. Prólogo

"Si mantengo la distancia, ¿te mantendrías cerca?"

Byun Baekhyun se siente cansado de lo ruidosa que es la ciudad.

Para Baekhyun los ruidos de la ciudad no son el fuerte pitido del motor de un carro, como la charla confusa y en voz alta de los extraños en un lugar público, como el repugnante canto de los pájaros que de alguna manera encontraron su camino para sobrevivir en la jungla de asfalto, como el sonido que hacen los zapatos en el piso de mármol donde trabaja. Los ruidos de su ciudad no tienen nada que ver con las vidas de las personas a su alrededor.

—Baekhyun, querido, todo lo que te pido es que seas más abierto sobre esto. ¿Cuántas veces tengo que rogarte? Sé cómo te sientes por dentro. De todas las personas, debería ser yo quien lo sepa demasiado bien. Pero no es eso. No es así, Baekhyun. —

—Está bien. Nunca te culparía por odiarme. Nunca podría. —

—¡Por el amor de Dios, Byun Baekhyun, ha pasado una década! ¡Supéralo y deja de ponérselo difícil a todo el mundo! No eres el único herido, lo sabes. —

—¿No merezco tu confianza, Baek? — 

Los ruidos de la ciudad de Baekhyun consisten de las cosas que lo rodean, cosas de su propia vida. Son palabras decepcionantes, conversaciones incómodas, discursos duros y acusaciones hirientes, todo de personas que lo rodean, personas que habían construido su vida. Los ruidos han estado resonando en sus oídos, golpeando como tambores y resonando dentro de su cabeza. Ya no puede soportarlo más. Comenzaron a consumirlo desde adentro, podía sentir que se pudría.

Y un día, finalmente explota.

Mira el reflejo de su rostro en el espejo. Las luces del baño son brillantes y amarillas, lo que le da un ambiente lujoso a la habitación, pero todo lo que ve es a un hombre lastimero y cansado que intenta mantenerse cuerdo. Su cabello está húmedo debido a la ducha, los restos del agua se filtran en la toalla que tenía alrededor del cuello. Hay un Byun Baekhyun en el espejo; tiene veintisiete años y sufre.

Sin romper el concurso de miradas de él y su reflejo, su mano derecha alcanza alrededor del mostrador para tomar su teléfono. Una vez que lo agarra, finalmente bajó los ojos para mirar la pantalla. Golpea rápidamente con el pulgar y al segundo siguiente se oye un pitido en los altavoces. Levanta el dispositivo y lo presiona contra su oído.

—¿Byun Baek? — Dice la voz de la otra línea en el momento en que se conecta la llamada. —¿Qué pasa?

Esperando que su voz no salga demasiada temblorosa, traga saliva y dice: — Hagámoslo.

Hay una breve pausa desde el otro lado. —¿Las vacaciones?

—Si.

—Está bien. Hmmm, ¿supongo que lo has pensado todo?

—No lo he hecho.

—Como lo esperaba... ¿Cuándo nos vamos?

—Tan pronto como sea posible. — se estremece, tanto por el frío como por la emoción acumulada en su interior. —No puedo...no puedo soportarlo más. Ya no quiero estar aquí.

—Lo tengo. Duerme un poco por ahora. Saldremos a las siete de la mañana.

—No quiero dormir. Las pesadillas. Las malditas pesadillas.

—...Me quedaré allí esta noche. No asegures la puerta todavía, ¿de acuerdo? Ya voy. Tranquilo, Baekhyun. Voy en camino.

Baekhyun asiente por costumbre—Gracias. — susurra. —Gracias Dae.

La llamada termina y casi deja caer el teléfono en el fregadero gracias a su mano temblorosa. Va a estar bien. Jongdae viene, va a tener compañía esta noche. Alguien va a hablar tan alto que ya no podrá oír su propia cabeza. Eso debería ser lo suficientemente bueno para que él pase esta noche. Va a estar bien.

Todo lo que quiere es estar bien.