Y asi encontraron el amor en el dolor

Capítulo 18: Injusticia

El lunes por la mañana, como siempre, todos estaban charlando en el salón de clases mientras esperaban que entrara el profesor. Hachiman estaba encorvado en su escritorio con los auriculares puestos. Miraba a la camarilla y en dirección a la chica delincuente. Yumiko estaba jugando en su teléfono mientras escuchaba el constante parloteo de su amiga. Incluso si su vínculo se vio afectado por los eventos de la semana pasada, todavía eran amigos. Su relación parecía aún más genuina. Tobe estaba bromeando. Ebina Hina todavía tenía sus arrebatos de perversión. El único que no se estaba recuperando de todo esto era Yuigahama Yui. La simpática chica burbujeante se volvió como una solitaria. Ella no estaba hablando con nadie. Sin sonrisa presente, ojos sin vida. Miura trató de no pensar mucho en eso y de darle suficiente espacio para superar sus sentimientos, pero todavía estaba preocupada por su amiga. Ver a Yui así era un espectáculo casi insoportable. Ella miró a Hikigaya transmitiéndole el mensaje solo con el contacto visual. El solitario también estaba preocupado. Aunque no la amaba, todavía la quería. Hachiman quería hacer las cosas bien. Tendrá que hablar con Yuigahama en algún momento, pero no ahora. Sería cruel, necesita más tiempo.

Saki estaba ocupándose de sus propios asuntos, de hecho estaba tarareando un poco, bastante fuera de lugar para el aura habitual que siempre mostraba, pero hoy era su día después de todo. Estaba concentrada en la cita con Hachiman después de la escuela. Miró en dirección a Hikigaya y frunció un poco el ceño cuando lo vio mirando a Yumiko. Sabía que no tenía derecho a estar enojada ya que era una especie de competencia, pero todavía estaba celosa e insegura de sus posibilidades de ganar. De todos modos, ella no intentaría hacer trampa para conseguir el premio. Ninguna buena relación se puede construir sobre la base de mentiras. Ella miró su bolso que contenía la caja bento de bonificación habitual para la hora del almuerzo con él. No estaba segura de que él lo aceptara más, ya que sería injusto en la situación. Era como dar una gran ventaja extra a uno de ellos por costumbre.

En la parte de atrás de la habitación, Karuizawa miraba desde su ángulo a toda la habitación. Pudo ver que habían pasado muchas cosas desde su hospitalización. Todo parecía cierto entre la camarilla. Sufrimiento, honestidad y problemas. No más statu quo. Aún así, no encontró en él la voluntad de sonreír ni un poquito. Amargura e ira era todo lo que podía sentir debajo de su piel y fachada. ¿Quién estaría feliz de estar en su situación? Gracias a su fuerte mentalidad, fue capaz de no derrumbarse como la mayoría, pero aun así le dolía. Ayano ya estaba haciendo todo lo posible para mantener su rostro inexpresivo bajo control. Se masajeaba la nariz de vez en cuando. Todavía estaba roto y dolía. Podía escuchar susurros sobre él de vez en cuando. Nada realmente interesante.

Hora de comer

Yumiko se puso de pie después de respirar profundamente. Caminó hacia Hachiman que estaba empacando sus cosas. Tobe y Ebina la miraban estupefactos por uno y sonriéndole con picardía al otro. Saki también estaba empacando sus pertenencias, pero se detuvo cuando vio a la rubia moverse por el rabillo del ojo.

"¡Hikio!"

Sobresaltado, Hachiman puso rígido su espalda y volvió lentamente su mirada hacia el fuego junto a él.

"Yu- ... ¡Miura-san! Qué sorpresa, ¿qué quieres de mí?"

"¡Estás comiendo tu almuerzo conmigo!" Dijo la reina de fuego poniendo sus manos en su cintura con la espalda recta.

"¿Eh?" Se pudo escuchar de Saki y Hachiman.

"Oï Miura, ¿qué estás haciendo?! No estoy lista para cosas así! ¿No estás preocupada por tu reputación? ¡Todos nos están mirando ahora mismo" le susurró Hachiman.

"Te haré saber que cuando enfoque mi interés en un hombre, no dejaré que me lo quiten tan fácilmente. Les haré saber a las otras chicas que tendrán que pelear conmigo de manera justa".