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Primero de Diciembre.

El aeropuerto estaba lleno de personas, era difícil caminar sin chocar con cinco personas a cada momento.

Habían partido de casa muy temprano, aún era de noche cuando llegaron al aeropuerto, un vuelo a primera hora habían eligió sus padres en esta ocasión.

La chica bostezo tomado asiento mientras su padre se encargaba de llevar a los Kim.

― ¿Enserio te parece bien todo esto madre? ― pregunto Karina dejando su celular a un lado, observando el cambio constante en las pantallas.

― Si, es una buena oportunidad de negocio, además son amigos, puede que te diviertas también, su hija es de tu edad, muy linda, pueden ser amigas. ― Karina hizo cara de desagrado, no había peor compañía que un niño, excepto alguien de tu misma edad y peor si era del mismo sexo.

― No lo creo madre.

Unos minutos más tarde y su padre llegó junto a una pareja y una chica con el cabello echo una cola y unos anteojos, parecía la típica niña nerd que descuidaba su imagen y solo se la pasaba estudiando, no tenía nada de interesante, por otra parte los Kim no parecían muy diferentes a sus padres.

Después de una presentación en la cual no presto la mínima atención caminaron a tomar el avión.

Karina dio gracias a Dios por sentarse con sus padres y no con algún miembro de la otra familia, estos iban sentados delante.

Se colocó los auriculares y sacó su juego, las horas empezaron a pasar y al final el cansancio la terminó venciendo.

Las paradas no fueron la gran cosa, un poco de comida, refrescarse en el baño y tomar el nuevo vuelo.

No le agradaba volar en el día, pero ahora no podía alegar eso, estaba mareada cosa que no le sucedía, quizá algo le había caído mal.

― ¿Te encuentras bien cariño? ― pregunto su madre al verla con expresiones extrañas.

― Creo que voy a vomitar. ― hablo saliendo de su asiento directo al baño en donde descargo todo su malestar.

El calor la había invadido por lo que mientras se lavaba las manos y rostro también mojaba su cuello y cabello.

Al salir chocó con esa chica un poco más baja, hizo una mueca de desagrado y volvió a su asiento.



Esa noche la pasarían en un hotel ya que a esas horas no transportaban personas por el pueblo hasta las cabañas.

Cuando en las navidades pasadas tenía su habitación propia, esta vez había tenido que compartir una con sus padres.

Le molesto pero estaba tan cansada que en cuanto toco la cama quedó completamente dormida.

Al despertar sus padres se encontraban listos para partir, eran unas personas muy puntuales y estrictas con su agenda y/o itinerario.

― Los Kim se adelantaron a hacer algunas compras para la cabaña, nosotros iremos a limpiar un poco. ― informo su padre, Karina rodo los ojos.

Cuando salieron de la habitación Karina frunció el ceño al ver esa chica parada como estatua junto las maletas, ahora tenía el pelo suelto pero aún conservaba las gafas, eso no le quitaba el aspecto de niña nerd.

― Min Jeong siento ponerte en esto. ― hablo el padre de Karina con amabilidad.

― Descuide señor Yoo. ― contestó ella sonriendo algo que molesto a Karina ¿Por qué esa chica se comportaba tan amable con su padre? ― Mis padres me dijeron que nos encontraríamos en la ruta que se dirige a donde están las cabañas. ― los Yoo agradecieron saliendo del hotel.

Subieron las maletas a una camioneta perfecta para caminos llenos de nieve.

Durante el viaje por la ciudad Karina había notado que esa chica de nombre cualquiera había sacado una computadora, supuso que estaba estudiando por que sus dedos no dejaban de teclear con rapidez.

Los ojos bajo los lentes hicieron contacto con los de Karina frunciendo el ceño, la mayor se sintió intimidada y cambió su vista al frente.

Cuando subieron los Kim la charla había empezado, solo los mayores hablaban, las chicas se mantenían en su mundo.

En aquella zona habían alrededor de 50 cabañas a una distancia considerable la una de la otra, 15 minutos caminando para ser más exactos.

La cabaña de los Yoo no se encontraba entre las primeras, pasaron alrededor de 20 cabañas, algunas con personas y otras vacías.

Está era completamente de madera, dos pisos, un cobertizo, un patio delantero y uno trasero donde encontrarían una piscina congelada y un pequeño jardín.

El interior era muy cálido, casi como si no fuera invierno.

Al entrar se podía apresar la enorme sala rodeada por cuatro enormes ventanales, los laterales y los del frente, en medio se encontraba la puerta de entrada.

Pasando un breve pasillo estaba la cocina, muy encantadora y enorme.

― En este lugar puedo cocinar a gusto. ― Karina se sorprendió al ser el hombre Kim quien decía eso.

Dejaron las compras y continuaron con el recorrido.

Pasando otro corto pasillo por la cocina había una pequeña sala donde en días de verano era perfecto cuando salías de la piscina a comer de la barbacoa.

Entre el pasillo de la primera sala a la cocina estaban las escaleras para subir al segundo piso y frente a estas un baño, las escaleras llevaban al segundo piso donde estaban las 4 habitaciones y los 2 baños.

Dos habitaciones al frente de la casa y las otras dos en la parte de atrás, los baños uno frente al otro en el pasillo que conectaba las habitaciones y las escaleras al primer piso.

Cada habitación tenía un balcón al frente y tras de la cabaña y ventanas a los costados de la cabaña.

― Nosotros estaremos en la parte trasera, las habitaciones son más grandes y las camas igual, ustedes chicas irán en las del frente. ― Karina alzó los hombros mientras que la otra chica asentía con gusto.

― Esta siempre ha sido mi habitación, así que te toca la de ahí. ― señaló Karina entrando y cerrando la puerta sobresaltando a la menor.

Las habitaciones contaban con una cama matrimonial, un closet pequeño, una mesa con pequeños cajones, dos sillas y un espejo.

Karina tiro la maleta a la cama y empezó a desempacar y poner todo en su lugar no sin antes limpiar un poco.

Cuando estuvo lista y bajo encontró a todos reunidos bebiendo vino mientras charlaban a gusto.

― ¿De qué hablan? ― pregunto sirviéndose una copa.

― De la primera vez que estuvimos aquí los cuatro. ― Karina se impresionó.

― ¿Ya habían estado aquí antes? ¿Cómo es que no lo sabía?

― Cuando salimos de la universidad quisimos venir y pasar unas vacaciones de adolescentes solos, fue divertido, al segundo día tuvimos que llevar a Kim al hospital cuando se lanzó del balcón a la piscina y terminó con un brazo roto.

― ¿Enserio? Que atrevido, quien lo diría, ahora te molesta el que baje las escaleras de la casa saltando. ― hablo Winter divertida, los demás mayores rieron.

― Como sea ¿Min Jeong ya organizaste el cuarto? ― negó volviendo a llenar la copa.

― Estoy cansada, más tarde lo arreglo o quizá mañana, tal vez no, solo dejaré mi ropa en la maleta todo el tiempo, de todas formas sería una molestia tener que sacarla para volver a empacarla pronto. ― hablo la menor terminando la tercera copa.

― Hija bebes de más, debemos limpiar este lugar. ― advirtió su padre confiscándole la copa, la chica gruño.

― ¿Por qué Jimin y Min Jeong no van a conseguir algo de carbón con algún vecino? ― propuso el padre de la mayor, esta negó alterada. ― Así se conocen.

― Si, me parece buena idea. ― hablo la madre de Winter, la chica asintió.

Ambas chicas se abrigaron y salieron de la casa.

― Tu ve por ese lado, yo iré por aquí, así encontraremos carbón más rápido y volveremos a casa pronto. ― hablo Karina con alegría, la menor negó.

― Me niego, nos pidieron ir juntas, es lo que haremos, además no conozco esto ¿y si me pierdo y me comen los osos? ― Karina rodó los ojos con fastidio.

― Aquí no hay osos y si los hubiera no creo que te comerían.

― Como sea, vamos por este lado, recuerdo que la cabaña anterior a esta estaba habitada, y unas 5 a esa también, así que tenemos más oportunidades. ― Karina se impresionó, pero luego recordó que se trataba de una nerd.

― ¿Le prestas mucha atención a tu alrededor o qué? ― la menor asintió.

― Claro, como el echo de que esa noche estuviste asiendo cosas divertidas con la novia de ese chico ¿no? ― Karina frunció el ceño tomando por los hombros a esa chica.

― ¿Qué dices imbécil? ― hablo molesta, la contraria solo sonreía con tranquilidad.

― La verdad, me resultó divertida la reunión de idiotas que había frente a mi y luego en el baño. ― río apartándose de Karina. ― Eso no me lo esperaba. ¿Qué te parece? ― Winter dio una vuelta. ― Corte mi cabello como dije que lo haría. ― Karina estaba muy confundida y enfadada, quería matar a esa chica.

― Ahora deseo que un osos te coma. ― Winter relajo la mirada.

― ¿Sabes qué? me iré por aquí. ― hablo pasando por el lado de Karina, la mayor no dijo o hizo nada, solo continuo con su camino.

Al volver a casa dejó el carbón en la cocina y busco a sus padres para informar, estos estaban llevando leña del cobertizo a la chimenea, la cual encenderían en la noche.

― ¿Trajeron el carbón? ― pregunto su padre y ella asintió. ― Nosotros ya nos encargamos de la casa, pueden comer algo y descansar.

― ¡Claro! ― Karina corrió al interior de la casa y verifico el cuarto de la nerd, no estaba allí, solo su desorden.

No hacía eso por ella, lo hacía por si misma, no quería que sus padres se enojaran con ella por culpa de una desconocida.

Corrió por el camino por donde se había ido esa chica y cuando logró divisarla se oculto cuando vio a la chica saltar e intentar tomar algo en una rama alta de un árbol, al fijar su vista noto los anteojos de la chica ¿Cómo habían llegado allí?

Rio al verla saltar y no lograr nada, además era divertido por que saltaba en todas partes menos donde era.

― Pero que torpe eres. ― se burló tomado los anteojos de la chica.

― ¿Qué haces aquí? ― Winter intento enfocar el rostro de Karina pero no pudo, su mala visión era horrible.

― Nada ¿qué te sucedió?

― Unos chicos dejaron mis anteojos en el árbol cuando les pregunté por carbón. ― Karina bufo.

― ¿Les hablaste en coreano? ― la menor asintió buscando con sus manos los anteojos, Karina frunció el ceño. ― ¿No puedes ver? ¿Estas ciega o algo así?

― Yo diría que si ¿acaso te vas a burlar? ― pregunto en una dirección donde no estaba la chica y esta río. ― No sé por qué pregunté. ― bufo intentando ver algo más que una mancha borrosa.

― Déjame ayudarte. ― suspiro Karina tomado a la menor por los hombros, esa chica resultaba ser muy atractiva sin los anteojos. ― Aquí tienes.

― Oh gracias. ― Winter se organizo los anteojos y parpadeo seguido ajustando su vista. ― No conseguí nada ¿tú?

― Si, ahora caminemos que tengo hambre, ellos ya limpiaron la cabaña. ― Winter se asombro.

― ¿Entonces te acuestas con la novia de tu amigo que resulta ser también tu amiga? ― Winter choco con la espalda de Karina, organizo sus gafas pasando frente a la chica que tenía el ceño fruncido. ― ¿Es así?

― Si, es así. ― Winter dejo escapar un suspiro impresionado. ― Pero eso no te incumbe.

― Entonces eres lesbiana ¿no? ― Karina cerró los ojos tranquilizándose.

― No, no lo soy. ¿Por qué asumes mi sexualidad? ― Winter alzó los hombros divertida. ― Qué bien una homofóbica.

― Nada de eso, solo soy curiosa nada más.

― ¿Hatero curiosa? ― rio Karina por la cara de Winter.

― Nada de eso, soy una persona que le gustan las demás personas, no se por que hablo de esto contigo. ― termino de decir para adelantarse a la mayor.

Karina rodo los ojos, metió sus manos en los bolsillos de su chaqueta y se detuvo a observar el cielo despejado, faltaba apoco para que llegara la noche.

El día siguiente irían a la ciudad a comprar lo que necesitaran el resto del mes y también a visitar lugares turísticos.

En si todo el mes estaba decidido que hacer y eso estaba bien, así lo prefería Karina, despertar cada día y saber qué se iba a hacer, era mucho mejor que despertar y no saber nada del mismo en su transcurso.

Cuando sus botas tocaron el porche de la cabaña sacudió sus pies y entró en la cálida morada.

Escucho las risas de los demás en la cocina, no se dio el tiempo de ir y mirar, subió directo a su cuarto y conecto por primera vez después del viaje su computadora.

Ingreso a uno de los tantos juegos que tenía y sonrió al ver aquel mensaje que no leía desde antes de partir.

“Me iré de vacaciones, por primera vez iré a un lugar que nunca conocí, espero seguir jugando contigo”.

“Hola! Hey! Estoy aquí, también salí este año, con mis padres y espero que invitados no deseados arruinen mi Navidad”

Envío el mensaje y empezó a jugar enseguida.

Pocos momentos después un nuevo mensaje apareció en su icono, al terminar la partida lo abrió enseguida.

“Mientras pretendas estar bien, y serlo obviamente, estaré bien, no preguntes por qué, no quiero que tu Navidad sea un desastre, pero creo que la mía si lo será, no pretendo enemistarme pero mucho menos ser amistad, esa chica es un dolor en la muela”

Karina río, al menos compartían algo en común esa Navidad también.

“No nos preocupemos por nada, solo juguemos ¿si? Extraño ganarte siempre”

“Será al contrario”

Cuando fue la hora de ir a comer al abrir la puerta se encontró d e igual manera en el pasillo con esa chica de nombre que no recordaba, tenia unos shorts muy cortos y una camisa de tiras y el cabello un poco desarreglado, se veía bien después de todo.

Frunció el ceño chocando su hombro al pasar por el lado de la menor para adelantarse, Winter la observo confusa, suspiro y continuo su camino.
Si que serían difíciles esas vacaciones.



CHRISTMAS LOVE |WINRINA|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora