Argumento:
Sasuke Uchiha tiene una regla muy importante en su vida sentimental que es totalmente innegociable.
Sai y Gaara se casaron era algo hermoso eran la combinación muy peculiar, fue ahí que se conocieron ya que ambos fueron padrinos de ambos...
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Su mirada era tan especulativa como sus palabras. Él sonrió. A pesar de su resistencia, vio en aquella sonrisa al hombre que una vez la había hecho derretirse para después romperle el corazón.
- Adiós, Sasuke.
Se giró para ir hasta la puerta.
- Kitzune.
Su voz lo hizo detenerse.
- ¿Qué?
La sonrisa se volvió aún más atractiva.
- Cena conmigo.
Hubo un silencio que era muy notorio entre ambos, la mirada del Uzumaki era...
"¿Qué es lo que has dicho?"
Pero se repuso de inmediato, el azabache vio como pasaba su lengua por sus labios era erótico quería besar esos carnosos labios era como una fuerza que ni el mismo creía que ese chico podía tener.
- ¿Qué? ¡NO!
Naruto no iba a caer con ese juego de la seducción que ese Uchiha estaba haciendo para poder flaquear, eso no podía ser.
Pero Sasuke estaba tratando de una manera en poder salir con Naruto, no se iba a ir de ahí con una negativa. No cuando por fin había vuelto a encontrar a su Dobe.
Con una sonrisa inocente el Uchiha le miro entornando esos ojos color ébano para poder persuadirlo.
- ¿Por qué no?
- Simplemente no quiero.
- Me odias.
- Me has hecho algo para odiarte Uchiha.
Sasuke recordó la manera en la cual se habían despedido, lo había dejado devastado, a punto de llorar. Por suerte el rubio no le monto ningún drama en el aeropuerto de Narita.
Pero lo que le había propuesto Naruto en ese momento de compartir ambos su vida, una historia llena de romanticismo, para él era su peor pesadilla.
Para él era importante que Naruto no tuviera ese tipo de sentimientos ya que nunca le prometió nada solo fue un fin de semana, un compromiso real él no estaba preparado aun no lo estaba.
Así que no tenía sentido dar falsas esperanza a algo que no podía ser a futuro. Se arrepentía de haberlo herido cuando lo dejo que se fuera solo. Pero nunca se arrepintió de lo que había pasado ese fin de semana.
Era uno de los mejores recuerdos que atesoraba en su corazón.
Pero Naruto había aprendido la lección de no dejarse embaucar y más si ese hombre era Sasuke Uchiha era mejor poner una distancia entre los dos para no salir herido.