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  —¿Una clínica privada? —pregunto mientras entrábamos a un pequeño establecimiento de comida rápida.

  No habíamos caminado bastante, tan sólo habíamos cruzado una avenida y entramos al lugar, el chico había dicho que justo ahí estaban las mejores hamburguesas que había probado hasta ahora. Y bueno, yo no era de comer demasiada comida basura, asi que acepte ir ahí sin ningún problema.

  —Sí. —dije en voz algo baja mientras tomaba asiento en una de las mesas cerca de una ventana.

  Se sentó frente a mi y me miro por todos lados como buscando algo que pareció no encontrar, ya que volvió su vista de nuevo a mis ojos.

  —No parece que estés enfermo de nada.

  Sin poder evitarlo, solté una risa por lo bajo.

  Si te contará...

  —Mi padre trabaja ahí, no voy a revisión.

  Se me quedo viendo unos segundos y asintió sonriendo un poco.

  —Entiendo.

  Justo en ese momento una chica se acercó a nosotros en silencio y puso dos cartas sobre la mesa, hizo una pequeña reverencia y se marchó.

  Rápidamente lo vi abrir la carta y mirar todo con ojos brillantes.

  El lugar era bastante acogedor, no habían muchas personas y parecía un restaurante familiar, la luz no era mucha, y debía admitir que el olor del lugar era exquisito.

  Y una suave música sonaba de fondo aunque no la conocía.

  —¿Tú que vas a pedir? —pregunto bastante animado mirando los diferentes tipos de hamburguesas que habían, volví mi vista al frente.

  —No voy a pedir nada. —dije mientras miraba desinteresadamente el menú.
 
  Los decorados de este eran bastante rosados, arrugue la nariz.

  Pero pareciendo haber escuchado algo bastante malo, levantó su vista a mi.

  —¿Por qué no? —pregunto viéndose más preocupado de lo que debía.

  Algo extrañado frunci mi ceño levemente.

  —No suelo comer este tipo de comida. —dije siendo honesto.

  —¿No te gustan las hamburguesas?

  —No, no es a lo que me refiero, es sólo que no suelo comerlas. —dije al ver su cara de espanto, encogiendome de hombros.— Pide lo que quieras, está bien.

  Lo vi hacer una mueca y apesar de no conocerlo de nada, pareció algo incómodo.

  —No me gusta comer sólo.

  Bufe internamente, lo mire por unos segundos en silencio procesando sus palabras, fue justo cuando vi que con un casi imperceptible puchero miraba la carta, ya no con el animo que parecía tener minutos antes.

  —¿Han decidido que van a ordenar? —la voz de la mesera me hizo salir de mis pensamientos, tenía una suave sonrisa en su rostro pero se notaba en sus ojos lo cansada que estaba.

  Note como los ojos del chico cayeron en mi, parecía completamente decidido a no ordenar si yo no lo hacia.

  Sintiéndome algo mal por ello, mire vagamente el menú y pedí lo primero que vi.

  No queda decir que casi algo obligado.

  —Una coca con hielos y un sándwich de pollo. —la chica anotó rápidamente sonriendo y luego miro al castaño.

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⏰ Última actualización: May 03, 2021 ⏰

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