Estaba boca abajo en su cama, con el rostro hundido en su almohada ya húmeda por el llanto que no había podido detener desde hacia ya varias horas. Ese día se despertó a las cinco de la mañana con determinación, seguro de que por fin lograría hacer feliz a su madre, limpió la casa para que ella no tuviera que preocuparse de la limpieza el resto del día, gastó sus ahorros para poder comprar los ingredientes y cocinarle un desayuno especial, ¡Incluso había bañado a Melvin! Pero el resultado fue el mismo de siempre.
Isabella le había gritado tan pronto salió de su habitación, reclamándole por el "desorden". Once-ler la miró confundido, ¿Desorden? Todo estaba perfectamente limpio y bien acomodado, con un dulce olor en el ambiente, incluso se podía ver su reflejo en el piso de madera. Su madre caminó de un lado a otro, señalando manchas y polvo que no existían, temblando al escuchar el típico "Eres un bueno para nada" de su madre.
La llevó al pequeño corral que tenían junto a su casa para mostrarle a Melvin, pero recibió mas regaños. Isabella le jaló una de sus orejas, gritándole mas cerca del oído sin importar lastimarlo. Ni siquiera sabia que estaba mal con Melvin, y su madre ni siquiera se lo dijo, "Todo en el esta mal" fue lo que puso de excusa al volver a entrar a su casa.
Lo peor vino cuando probó el desayuno, si, había dicho que era delicioso, pero no pudo sonreír luego de las palabras de su madre.
-Bien hecho mis niños~ Su comida es deliciosa, serán excelentes cocineros si se lo proponen-Apretó las mejillas de sus dos hermanos mayores con inmenso cariño, ¿El no se merecía una caricia? ¿Al menos un abrazo?
-Pero el desayuno lo prepare yo-Isabella miró a su hijo menor, soltando una carcajada.
-¿¡Tu!? ¿Enserio crees que me voy a creer esa estupidez?
-Pero es la verdad, Brett y Chet no saben ni hervir agua, ¿Cres que son capaces de hacer todo esto?-Estaba molesto, ¿Por qué no podía creer que el lo había preparado? Lo siguiente que sintió fue un escozor en su mejilla, causado por la bofetada que le había propinado su madre.
-¡No vuelvas a decir eso de tus hermanos! ¡No tienen la culpa de que estés celoso porque tienen talento! ¡Yo no probaría tu asqueroso intento de comida ni aunque fuera lo único comestible en todo el universo!-Llevó la mano a su mejilla, tratando de contener las lagrimas.-Al menos ellos hicieron algo por mi hoy, por tu culpa tengo que limpiar todo lo que ensuciaste. Hazme un favor y evita salir de tu cuarto por lo que resta de la semana.
Y eso hizo, terminando como estaba ahora. Ya era rutina para el, ¿No se merecía ni un poco de afecto? Solo necesitaba a una persona, a una sola persona, y entonces estaba seguro que no habría nada que lo hiciera sentir mal, nada lo derribaría, nada estaría mal porque tendría el apoyo de esa persona, y si bien le iba incluso su cariño.
Pero ¿Cuando? ¿Cuándo lograría encontrar a alguien así? Su familia lo odiaba, no tenían vecinos, y la pequeña ciudad estaba a una semana si iba con Melvin. Tenia 16 y ya quería irse, ¿Y si su madre en realidad tenia razón? ¿Qué pasaría si se iba y confirmaba lo que siempre le repetía su madre?
Se sobresaltó al escuchar el grito de Isabella desde la sala, seguidos de sus hermanos mayores. Estaba por ir a ver que ocurría, cuando el rechinar de la madera frente a su cama hizo eco en la pequeña habitación. Miró su espejo, quedándose de piedra al ver como alguien parecido a el salía de este, sujetándose del marco.
-¿Me das una mano?-Le dedico una leve sonrisa, y Once-ler solo pudo hacer una cosa: desmayarse.
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Buenas~
Espero que les guste, esta vez espero no rebasar los 7 capítulos XD
Intentare actualizar Polos opuestos y este a la par, pero si me quedo sin tiempo le daré prioridad a Polos opuestos. Los veo luego (/OwO)/
p.d. Al fin puse portadas decentes XD
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Ahora somos dos
FanfictionLa madre de Once-ler podía llegar a ser muy cruel con su hijo menor, sin importarle que aquellos tratos lo hicieran llorar desconsolado en su cuarto por horas. Cuanto deseaba tener a alguien que lo comprendiera, que lo quisiera...que lo amara. Pero...