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-Cuentamelo absolutamente todo.- pregunto Alya eufórica mirando a Marinette.- ¿Lo hiciste bien? ¿No te caíste? ¿Pudiste dominar los tacones?.- pregunto sonriente.

-Enrealidad solo me hicieron preguntas y me evaluaron mi aspecto físico.- respondió en forma desinteresada.

-Ey, hay algo que me estás ocultando. Pensé que estarías más emocionada.-

-Lo estoy.- mintio.- Solo que estoy preocupada, mi madre no sabe y si se llega a enterar no se como reaccionará, ella siempre ha deseado que estudie para ser una diseñadora.-

-Ella te entenderá Mari, creo que era hora de que pensaras en ti. Prácticamente te esta obligando a ser alguien que no quieres ser y debes darte el lujo de ser egoísta algunas veces.- respondió en forma de apoyo.

Marinette asintió con una sonrisa triste y rápidamente Alya pudo notarlo.

-No sabes lo que daría porque mi mamá aceptara que mi sueño es ser una modelo. Si llego a quedar en las audiciones que hice para Agres't Company no se como haré para ocultarselo a ella y a mi padre, peor aun si se entera que estoy estudiando moda y no diseños como ella lo cree me mata y me resucita para volverme a matar.- suspiro.

La puerta se abrió dejando ver a Sabine, la mamá de Marinette quien la observaba con una pizca de molestia y decepción en su mirada. Marinette y Alya se miraron en forma de cómplices y alambradas.

-¿Como pudiste hacerlo Marinette?.- pregunto molesta Sabine.

-Mama yo puedo explicarlo.- hablo Marinette apunto de estar en llanto.

Sabine se acercó hacia ella y antes que pudiera decir algo más su mano ya se había estrellado contra la mejilla de Marinette. Alya miró con asombro la escena y sin querer dejar a Marinette sola se fue tras verla asentir en forma de despedida.

-No puedo creer que me hayas mentido todo este tiempo, eres una inconsciente.- gritó su madre furiosa apunto de estar en llanto.- Estoy completamente decepcionada de ti Marinette.

-No puedo creer que digas eso mamá, siempre me eh esforzado por ser la persona que tu quieres que sea.- su voz se entre corto.

-Estudiaras diseño, ya no más rebeldías Marinette. Esta conversación se queda aquí.- respondio furiosa caminando hacia la puerta.

Y en esos pocos segundos su sueño se vio imposible de alcanzar, su coraje y enojo podían más en aquel momento que no hizo nada más que defender aquel sueño.

-¿Y si no quiero madre?.- respondió furiosa.

-Si no quieres obedecer mis órdenes, entonces te vas de esta casa y olvidas que tienes madre.- respondio fría.

La chica sintió que su corazón se había roto por completo, jamás imagino que su madre llegaría a este punto de obligarla a vivir a toda costa sus reglas absurdas.

Sintio que su madre había pisado su orgullo y por más que le costó trabajo recogió su dignidad y sin pensarlo dos veces comenzó que caminar hacia su armario, donde sacó su maleta y en ella hecho cada prenda que ella misma se había comprado.

Su madre la miraba sin ninguna expresión en su cara y aquello realmente le dolía a Marinette, que ella estuviera apunto de irse y Sabine ni siquiera se inmutara.

Cuando termino de empacar sus cosas, se dirigió hacia la puerta y se detuvo a un lado de su madre.

-Si cruzas esa maldita puerta, considerate muerta para mi.- advirtió Sabine.

Sus palabras llenas de rabia y de desprecio hacia ella le dolieron, pero aún así se sentía lo suficientemente humillada como para decidir alejarse.

-Hasta nunca Sabine.- respondió Marinette fría.

Aunque sus lagrimas luchaban por seguir ella simplemente se fue sin mirar hacia atrás. Con el corazón en la mano y su dignidad por el piso, abrió la puerta de aquella grande y solitaria casa y salió permitiéndose llorar una vez que estuvo afuera de ese lugar.

Limpio sus lagrimas y comenzó a caminar sin un lugar fijo, quizo llamar a Alya pero se encontraba lo suficientemente avergonzada con ella para hacerlo así que simplemente se detuvo frente a el hotel más alejado que había de su casa y se introdujo en el gastándose la mayor parte del dinero que tenía.

Sabia que ahora que se había salido de su casa tendría que buscarse un trabajo puesto que su madre ya no le pagaría sus gastos. En ese momento solo se tiró en la dura cama del hotel y se quedó profundamente dormida hecha bolita. Quizás mañana sería un mejor día.

MODEL- Adrien y Marinette Donde viven las historias. Descúbrelo ahora